Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

«En medio de la vorágine de hacer cosas, me tendría que haber sentado más con Orengo»

«En medio de la vorágine de hacer cosas, me tendría que haber sentado más con Orengo»

¿Por qué dimite ahora?

Hace tiempo, tanto en la etapa de alcalde como en la que fui oposición, que he estado recibiendo ataques muy duros. He tenido una vida intensa, de empresas, de viajes, de dedicación a Gandia... Eso habrá gustado a unos y habrá disgustado a otros, pero mis hijos me han confesado que esta situación era insufrible. Además, habiendo sido alcalde de Gandia yo ya he cumplido con mi sueño.

¿Dimite forzado por algo?

No. Incluso antes de repetir tuve la tentación de dejar paso a otras personas y le dije a Víctor Soler que era su momento. También expresé en su momento que, aun siendo alcalde, seguramente no habría terminado la segunda legislatura.

¿Cuál es la huella que deja en Gandia?

Creo que la mejor huella que deja Arturo Torró es que los ciudadanos de Gandia pudieran soñar en una gran ciudad. La política de izquierdas construye pueblos grandes, pero nunca ciudades, se ve ahora en Barcelona o Madrid. Yo traje a Gandia el sueño de un parque acuático, y traje al inversor. Planteé una universidad de primer nivel en el centro de la ciudad. Un parque empresarial específico. Proyecté un campo de golf que toda Gandia soñaba con él. Y le di lo más grande, que también se ha perdido: que la playa de l'Auir se convirtiera en un sistema ecológico para turistas noruegos, austríacos... que la mantuvieran abierta todo el año. Me han faltado cuatro años para terminar ese sueño.

Seguro que habrá hecho cosas mal. ¿De qué se arrepiente?

Hay actuaciones que no he podido cerrar, por ejemplo el tema Cocoloco. Yo fui el responsable de cerrar la discoteca, quien dirigía el gobierno, y se tenía que indemnizar a la familia. Y en la parte política, si hay algo que tendría que haber mejorado es el diálogo. Posiblemente no he sido todo lo dialogante que debiera. En esa vorágine de hacer cosas, me tendría que haber sentado más con el señor Orengo, aunque él, Boix y Mascarell iban aireando por ahí mi vida personal, y eso cerró toda vía de diálogo.

¿Presentaría hoy las demandas judiciales en las que llevó a a Orengo a los juzgados?

Me lo pensaría. No porque no esté bien, dado que en esas demandas yo no he ido contra Orengo, sino contra los bancos que firmaron 110 millones de euros en créditos sin conformidad del órgano de tutela. ¿Qué hago, no reclamo los 6 millones del Innova que hemos perdido? ¿Lo estaría haciendo bien? En cambio, las demandas que los socialistas han presentado contra mí van contra Arturo Torró, y las aceptaré. Ayer, cuando hablé con un responsable del Gobierno local, le dije: es momento se sentarnos y que Gandia no esté todos los días en la prensa, porque al final todo son cuestiones administrativas.

¿Teme consecuencias por las causas judiciales que tiene abiertas contra usted, como la Púnica o el caso de las boleras del hotel de la playa?

Ningún miedo. En el caso de las boleras el juez ya ha dicho que son nuestras, y las tenemos. Puede haber alguna cuestión administrativa, pero si está amparada por los técnicos, no depende del alcalde. Lo gordo habría sido, por poner ejemplo, hacer el campo de golf y expropiar ilegalmente los terrenos. O haberme llevado algo.

¿Quería esperar a dimitir limpio de causas judiciales?

Insisto en que las causas judiciales no me preocupan. Las denuncias pueden venir hoy o mañana. Si alguien tiene la conciencia tranquila, como la tengo yo, no hay ningún problema. En el caso Púnica le dije literalmente al juez que no sabía de qué me estaba hablando.

Sitúese en junio de 2011, cuando fue elegido alcalde. ¿Aplicaría la misma política económica en el ayuntamiento o recortaría gastos para no incrementar la deuda municipal?

Haría lo mismo. Y le diré por qué. Hablan mucho de que se deben no sé cuántos millones, pero casi todos son de antes. De mi partida son 17 millones. Aquí el problema de Gandia son los créditos bancarios, nada más. Pero hay algo más importante que solo se entiende desde la óptica de una política liberal, nunca las personas de izquierda, y es que la economía tiene que crecer para que el dinero vaya de arriba a abajo. Si hubiésemos hecho el parque acuático habría más de mil puestos de trabajo, en la Ciudad Agroalimentaria otros cinco mil. Si nadie hubiese ido con la idea de Port Aventura no se habría hecho. La política es generar economía.

¿Por qué Ciro Palmer, concejal de Ciudadanos, votó a Diana Morant para hacerla alcaldesa y le impidió que fuera usted?

Ahí hay rumorología.

Algo más que rumores sabrá usted...

Prefiero obviar el tema, porque ni lo entiendo yo ni lo entiende ninguna persona que sea de derechas, como es Ciro Palmer. Su padre era de derechas y su familia de tradición de derecha. No puedo entender que una persona de Iglesia y de tradición de Gandia vote a republicanos. No me cabe en la cabeza. Yo dimito antes que votar a los republicanos porque soy una persona de principios, de derechas y católico, y no puedo apoyar a nadie que vaya ni contra católicos, ni contra el liberalismo ni contra la historia. Y con ello no quiero decir que el señor Nahuel González y todas estas personas tengan todo el derecho a gobernar, pero yo no les puedo ayudar porque no respetan las señas valencianas y no quiere la unidad de España. Si a mí el PP me dice que vote a republicanos, me voy a casa, no podría, necesitaría un cubo de álmax todos los días para soportar el ardor de apoyar a alguien que quiere cerrar iglesias y dividir España.

Dimite usted en medio de una tempestad en el PP valenciano. ¿Ha influido eso en su decisión?

No, ha sido una coincidencia. Al contrario, me hubiese gustado quedarme para apoyar. Tengo un respeto absoluto a la justicia. Me parecido un poco desmesurado, pero tengo tanto respeto por los jueces que no voy a hablar de este tema. Y le añado que era amigo de Rus, soy amigo de Rus y seré amigo de Rus. Nadie sabe qué ha pasado ahí. Lo sabremos, pero que actúe la justicia.

¿Confía en su inocencia?

Confío mucho en Alfonso. Y ha hecho mucho por Gandia. Como alcalde le estoy agradecido y como amigo él sabe que me tiene a su lado.

¿Cree que Carla Ripoll habría estado mejor quedándose en el Ayuntamiento Gandia que enviándola al Senado?

Le di a elegir.

¿No la forzaron?

No, le dije: 'Carla, o Ayuntamiento o Senado'. Y también se lo dije a Inma Bañuls: 'o Diputación o Senado'. Y para ahondar le diré que a Carla Ripoll la rescato yo después de que la apartara Fernando Mut. La saco del lodo porque creo que es una gran política y la convierto en mi número 2.

Sigue siendo presidente del PP de Gandia. ¿Cree que el partido necesita una refundación?

Siempre lo he dicho. Y el Partido Socialista también. Cuando yo votaba de joven el señor Lerma, y no me cae mal, ya era presidente de la Generalitat, y ahora está en el Senado. Y como él, del PP, de Convergència i Unió... Los jóvenes tienen que entrar, empezando por el municipalismo, y de ahí ir subiendo a otros estamentos.

¿Qué hará a partir de ahora?

Dedicarme a mis empresas, y como siempre me han gustado las fundaciones, le adelanto que en unos meses presentaré un proyecto muy bonito para Gandia. Soy de las personas que pienso que hay que ser agradecido con quien te ha dado, y a mí Gandia me lo ha dado todo. Hace veinte años le dije a Paco Miñana que quería ser alcalde de Gandia, y doy gracias a Dios porque no hay nada en la vida que me haya propuesto y no haya conseguido.

¿Le ha dolido algo?

Personas que se han quedado en el camino. Hace poco murió un amigo mío y del PP de Gandia, y eso sí que me ha dolido.

¿Avala a Víctor Soler como su sucesor?

Por supuesto. Aposté por él al mes de ser alcalde.

¿Qué le dijo la alcaldesa, Diana Morant, cuando el jueves por la noche lo saludó en su despedida como concejal?

Me dijo algo que no escuché bien. Creo que me deseó suerte, pero como me saluda desde lejos no llegué a entenderlo con claridad. Le he dicho que tiene todo mi respeto y me he puesto a su disposición por si puedo ayudar.

Compartir el artículo

stats