Los ayuntamientos de Gandia, Tavernes de la Valldigna, Xeraco y Xeresa están estudiando la posibilidad de crear un instrumento de gestión conjunta del marjal de la Safor. Sería una especie de consorcio, aunque no obligatoriamente debería tener esa forma jurídica (por eso se están valorando posibilidades), en el que, además, estarían también representados, además de los cuatro municipios, marjaleros, cazadores y propietarios.
Representantes de los cuatro municipios se reunieron el pasado jueves con el subdirector general de Medio Ambiente, Pep Bonet, para explicarles su proyecto. Al encuentro acudieron Xavier Ròdenas por parte de Gandia, Josep Llàcer de Tavernes, Tomàs Ferrandis, alcalde de Xeresa, e Ivan de los Ángeles, de Xeraco. La reunión sirvió para poner en conocimiento del Consell el proyecto que se ha ido fraguando en encuentros previos entre las partes. Todos lo tacharon de «momento histórico», en tanto que, destacaron, «es la primera vez que los municipios del marjal vamos de la mano para mejorar la gestión de una zona tan rica. Hemos aprovechado la sintonía que, ahora sí, hay entre los gobiernos», expresó el concejal de Tavernes, Josep Llàcer.
El papel de la Generalitat, de momento, es del de asesoramiento. El representante del Gobierno autonómico «agradeció» que ya acudieran con trabajo avanzado.
El edil de Gestió Responsable del Territori de Gandia, Xavier Ròdenas, explicó, por su parte, que se trabaja en la línea de no crear un nuevo consorcio como tal, sino que esta unión de los cuatro municipios más el resto de agentes afectados pudiera trabajar bajo el paraguas de la Mancomunitat de Municipis de la Safor. «Es absurdo que cada municipio gestione su parte por su cuenta. Es el mismo ecosistema pero partido en cuatro pedazos», apuntaba. Como ejemplo ponía el camino que comparten Gandia y Xeresa. «No es lógico que nosotros porque dispongamos de recursos lo tengamos arreglado y Xeresa no porque está a la espera de que la Generalitat haga algo».
La unión de los cuatro municipios busca trabajar en la recuperación de los «ullals», reparar caminos, crear sendas naturales y también potenciar la proyección turística de la zona. «Queremos que sea una red común, bien comunicada, que se aprovechen los recursos. Que tenemos una aula en Gandia, pues que está esté vinculada a los servicios que ofrecen el resto de municipios», apuntaba Ròdenas. Preocupa también la invasión de plantas exóticas, otro de los asuntos en los que se pretende hacer hincapié y, sobre todo, «aprovechar para tratar de revitalizar la agricultura».
