Arturo Torró y la Ejecutiva local del PP de Gandia ya se han convertido en un problema para esta formación política en el ámbito de la Comunitat Valenciana. La pasada semana, coincidiendo con su tercera imputación judicial por causas relacionadas con la gestión en la alcaldía, Torró le prometió a Isabel Bonig, presidenta del PP en la Comunitat Valenciana, que dimitiría de concejal y del cargo de presidente local del partido. Lo primero lo hizo, por sorpresa, el jueves por la noche, pero se ha resistido a lo segundo y Bonig, enfadada, ha optado por desautorizarle públicamente.
La maniobra que ha causado estupor en Valencia, y también entre algunos militantes de Gandia, tuvo lugar la noche del lunes. El exalcalde reunió a la Ejecutiva local y le presentó su dimisión como presidente del partido. Tras un turno de intervenciones varios miembros de la dirección le mostraron todo su apoyo, avalaron plenamente su gestión y pidieron que esa dimisión fuese rechazada, algo que fue ratificado por unanimidad. Obviamente, Torró siempre tenía la posibilidad de mantener su postura, en lo que se denomina una dimisión irrevocable, pero lejos de eso optó por dejarse halagar y acabó comprometiéndose a seguir presidiendo el PP local hasta el próximo congreso.
A través de una nota de prensa, el exalcalde del PP dijo entonces que se sentía «reconfortado» por el apoyo recibido. «No tengo ninguna pretensión de perpetuarme, pero si el mandato es continuar hasta el próximo congreso local, dedicaré todos mis esfuerzos a seguir haciendo grande al PP de Gandia», concluyó.
Esa decisión molestó a Isabel Bonig, que ayer ya daba por hecho que Torró pasaba la historia del ayuntamiento y también del partido en Gandia. Al enterarse de lo sucedido en la Ejecutiva gandiense la lideresa del PP valenciano optó directamente por desautorizar al exalcalde y, de paso, a la Ejecutiva local que «impidió» que consumara su dimisión.
Dimitirá «si sale algo más»
Consciente de las tres imputaciones judiciales que pesan sobre Torró, Isabel Bonig, que en medio de la tormenta que afecta a su partido intenta separar las siglas de las causas judiciales abiertas por corrupción, confesó que el exalcalde gandiense le había prometido que dejaría el acta de concejal y la presidencia del PP. Después situó a Torró como un presidente «provisional», al que forzaría a dimitir «si sale algo más» en las actuaciones de los jueces que implican al exalcalde, como son el 'caso Púnica', la compra de las boleras de un hotel de la playa de Gandia y el millonario contrato con Tele7.
Isabel Bonig concluyó que, a efectos de la dirección del PP valenciano, quien desde ahora manda en Gandia es el secretario general local, concejal y diputado en las Corts, Víctor Soler, una de las personas que, la noche del lunes, también se sumó a la habitual unanimidad del PP en Gandia para apoyar la gestión de Torró y rechazar que abandonara la presidencia del partido. Un problema que se añade a la agenda de Bonig.
