Finalmente, la presión de los vecinos ha surtido efecto. Los gestores del polémico club de fumadores de Gandia, ubicado en los bajos de un edificio de Roís de Corella, han mostrado su intención de trasladar la actividad a un polígono industrial de la ciudad para acabar con las molestias que generaban a las viviendas del inmueble. Así pues, una vez este cambio de local se haga efectivo, la comunidad, que ha librado una batalla contra esta actividad desde el momento en que se conoció su apertura porque en su interior se puede fumar marihuana, verán cumplidas sus reivindicaciones.
La concejala de Sanidad y presidenta de la Junta de Distrito de Roís de Corella, Liduvina Gil, confirmaba ayer que, efectivamente, los precursores de la iniciativa pretenden llevarse el club a un punto que no esté rodeado de casas, como ocurre ahora. Si bien, según Gil, aún no han registrado de manera formal la solicitud de licencia de actividad pero sí que lo han anunciado de palabra a los técnicos municipales.
Actualmente, el local se encuentra precintado en base a un informe de salud pública porque se detectó que en su interior se estaban manipulando alimentos.
El expediente para la apertura del club de fumadores se inició en la pasada legislatura, aún con el PP en el Gobierno local de Gandia. Sin embargo, le correspondía al actual Ejecutivo, del PSPV y Més Gandia conceder la licencia de actividad.
El PP, ya en la oposición, siempre se ha opuesto a su apertura pero desde el Gobierno local han defendido que la actividad es completamente legal y que si cumplen todos los requisitos que se exigen no le queda más remedio que conceder la licencia. Los técnicos municipales, de hecho, acreditaron en su día que estaba todo en regla para proceder a su apertura.
Fueron los vecinos los que alertaron del tipo de club que se iba a instalar en los bajos de su edificio y desde el primer momento mostraron su más frontal rechazo al considerar que el olor del tabaco y la marihuana que se consume en su interior se podía colar en sus viviendas y generarles una importante molestia.
De hecho, el local ya estuvo cerrado durante un tiempo porque no contaba con un adecuado extractor de humo pero este problema se solucionó y volvió a abrir hasta que hace un mes se conoció el asunto de la comida.
Detienen a un miembro del club
A estos problemas se le sumaron la detención, el pasado mes de febrero, de una persona de nacionalidad polaca relacionada con el club de fumadores porque, presuntamente, disponía, junto a otras dos personas de la misma nacionalidad, de una importante plantación de marihuana en dos naves de Xeresa y Miramar, donde se les incautaron más de 900 plantas.
La concejala, Liduvina Gil, tachó ayer de «buena idea» la intención de los gestores de trasladar la actividad a un punto donde no moleste a los vecinos «porque aunque no se quiera, siempre se genera un agravio». Añadió que «siempre que se cumplan los requisitos, en el nuevo emplazamiento, el ayuntamiento no tendrá problema de conceder la licencia».
Desde el PP se felicitaron ayer por el anuncio y criticaron que «el PSOE es el verdadero consentidor del club de fumadores». Recordaron, además, que «por nosotros estarían prohibidos en toda la ciudad, vía ordenanza municipal». Felicitaron a los vecinos del edificio del paseo Germanies «por su perseverante lucha».
