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El paseo más arriesgado de Gandia

Los técnicos de la Autoridad Portuaria siguen cambiando materiales para garantizar la seguridad de la futura zona peatonal sobre la escollera El proyecto, que debió estar acabado en 2014, se retrasa y ya es imposible que esté finalizado este año

El paseo más arriesgado de Gandia

Los técnicos tendrían que haber tenido más en cuenta los riesgos que supone construir un paseo sobre la superficie elevada de un espigón que penetra un kilómetro mar adentro y que soporta durísimos temporales.

Esa es la lección más evidente que se deduce de los trámites, retrasos y cambios que se están realizando en el proyecto para habilitar una zona peatonal en el espigón que protege el puerto de Gandia de las embestidas que llegan del este y del norte.

Con las obras paralizadas desde hace meses, pocos confían ya en que el paseo pueda estar terminado a lo largo del presente año, y más si se tiene en cuenta que, aun confiando en una pronta reanudación de las obras, se pararían durante los meses del verano para no molestar al turismo.

El motivo de que el proyecto no pueda ser disfrutado todavía es la seguridad. Según señalan fuentes de la Autoridad Portuaria de Valencia (APV), entidad que financia la obra con 1,5 millones de euros, cada vez que ha ido avanzando en el proyecto los técnicos han creído conveniente realizar cambios para que el futuro paseo no se convierta en un foco de problemas o de disgustos.

Hasta el momento, se ha cambiado el diseño, se han sustituido materiales por otros más resistentes y se ha tenido que reforzar la base de enormes piedras y bloques de hormigón sobre la que se asienta la parte de la escollera que se eleva por encima del nivel del agua.

En esta permanente revisión del proyecto, los que entienden de estas obras no quieren que haya sorpresas y están aplicando el máximo celo en que el paseo salga bien. Sobre todo que no haya riesgos para quienes lo recorran cuando sea inaugurado.

El proyecto, que ya causó sorpresa en su concepción, fue anunciado en octubre de 2013 por el entonces alcalde de la ciudad, Arturo Torró, después de una visita al Ministerio de Fomento, en Madrid. Allí, responsables de Puertos del Estado, entidad pública en la que se incluye a la APV, titular del puerto de Gandia, se comprometieron a pagar la obra previa supervisión del diseño, que fue encargado a técnicos de esta ciudad.

«Cuidado cuando haya temporal»

Tres meses después, en enero de 2014, el presidente de la APV, Rafael Aznar, acudió a Gandia, donde firmó el convenio de colaboración para ejecutar la obra. Entonces se supo que el paseo más arriesgado de Gandia solo sería posible si antes se reforzaba la base de la escollera, algo que obligó a incrementar el presupuesto en 300.000 euros, aproximándose a un gasto de dos millones.

En el mismo acto, sentado junto al alcalde de Gandia, Aznar también lanzó una advertencia: «Cuando haya temporal, habrá que tener cuidado». El presidente de la APV añadió que el ayuntamiento, pensando en los usuarios, seguramente tendría que aprobar un «reglamento de uso» del paseo, e incluso la fijación de un horario de apertura y cierre.

Según ha podido saber este periódico, muchas de las imágenes virtuales difundidas en los dos años y medio transcurridos desde el anuncio del proyecto nunca serán realidad. Los técnicos que han inspeccionado con lupa el paseo de la escollera cuestionan la existencia de elementos que, ante un fuerte temporal de levante, podrían salir volando y terminar en el Club Náutico. Por poner un ejemplo, en aquellas imágenes virtuales llegaron a verse maceteros con palmeras, banderas ondeando al viento y farolas como las que decoran espacios urbanos que no están sometidos a las duras condiciones que se pueden generar junto al mar. En los peores temporales, las olas incluso han superado la escollera que acogerá el paseo.

Todos esos ingredientes, que no están del todo solucionados, son los que retrasan el proyecto. Cuando Torró lo presentó se dijo que estaría terminado a finales del año 2014, y su sucesora en la alcaldía, Diana Morant, auguró la apertura para la primavera de 2016.

El pasado mes de diciembre, un mes después de que las obras quedaran paralizadas, la APV, a preguntas de este periódico, indicó que no podía determinar todavía cuándo se retomarían los trabajos porque eso depende de condicionantes técnicos que tienen que ser resueltos. Esta semana, a las puertas de abrir una nueva temporada estival en la playa, la obra, que fue adjudicada a la empresa Acciona, sigue muerta.

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