El instituto Jaume II el Just de Tavernes de la Valldigna será sometido a una rehabilitación profunda, pero no precisará derribarse y construirse de nuevo. Esa es la conclusión del informe que han emitido los técnicos de la Generalitat a instancias de la Conselleria de Educación y que despeja el camino para que la adecuación de este viejo centro sea una realidad a lo largo de esta legislatura.
En principio, y a falta de un análisis con más profundidad que se llevará a cabo en los próximos meses, la estructura no está tan dañada como se pensaba. De hecho solo sufre, según el informe al que ha tenido acceso Levante-EMV, los achaques típicos del paso del tiempo. El único espacio que se observa con más preocupación es el salón de actos, que es «donde se aprecian corrosiones debido a las filtraciones de agua», apuntan los técnicos.
Los elementos más deteriorados del edificio son la instalación eléctrica, que «no es fiable ni segura», según el análisis y que, por tanto, precisa ser renovada en su totalidad. También se aprecian «cuadros insuficientemente protegidos, luminarias sin pantallas o enchufes sobreutilizados», entre otros. Los baños se encuentran en un estado «muy deficiente» y en la cubierta se han detectado goteras puntuales que precisan un refuerzo del aislamiento. Además, la distribución interior deberá ser adaptada a las nuevas necesidades educativas del centro. Otros elementos como el aluminio exterior y la carpintería interior, los peldaños de las escaleras o la valla de cerramiento de la parcela y el alumbrado exterior también precisan ser sustituidos. En lo que respecta a la fachada, los técnicos apuntan que su estado de conservación es bueno, puesto que «no se aprecian grietas ni fisuras de consideración». De ese modo, solo será sometida a una limpieza profunda para eliminar pintadas y demás.
También se actuará en los dos gimnasios, donde se cambiará el pavimento de las pistas porque «han superado con creces su vida útil» y que están deterioradas por la acumulación de agua provocada por las filtraciones. Los trabajos permitirán, además, sustituir la cubierta de los talleres de tecnología del instituto de FP, que aún son de fibrocemento.
Armonía del centro con su entorno
Otro de los aspectos que la Generalitat ha tenido en cuenta a la hora de decidir no derribar el edificio es «el valor cultural que el centro representa para la memoria histórica de la población», apunta el informe. Los técnicos destacan, además, «la calidad de la implantación del edificio en el entorno». Y es que el IES Jaume II se encuentra enclavado en la falta de la montaña de les Creus del municipio vallero, en un entorno natural privilegiado.
El alcalde de Tavernes, Jordi Juan, espera que entre los meses de octubre y noviembre próximos la Conselleria Educación disponga de toda la información necesaria para cuantificar el coste de las obras y que a partir de entonces ya quede fijado el proyecto de rehabilitación de este instituto en el Plan de Inversiones que pretende llevar a cabo el departamento del conseller Vicent Marzà hasta 2019.
Juan valoró «muy positivamente» el trabajo de la conselleria porque «ha cumplido lo que acordó con este ayuntamiento». El alcalde vallero se comprometió a «estar atento» para seguir reclamando la ampliamente reivindicada adecuación del instituto viejo si entre las fechas indicadas no llega ninguna información al respecto.
El anterior Consell autonómico del PP se comprometió a acometer la mejora del centro después de inaugurar el nuevo instituto la Valldigna, construido al oeste de la localidad y en marcha desde 2010. Pese a eso, la Conselleria de Educación dio largas en varias ocasiones y nunca elaboró el informe para el inicio del proceso.
