Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Museu de Santa Clara

El arzobispado se llevó las obras tras no lograr imponer al equipo director del museo

El Gobierno local revela que Ximo Company presionó para que se nombrara cuanto antes a Joan Aliaga y a Nuria Ramón. La carta a la alcaldesa y un comunicado del arzobispo señalan que la estructura de personal «debía ser única y singular»

El arzobispado se llevó las obras tras no lograr imponer al equipo director del museo

Un despecho se sitúa en el origen de la insólita acción que, el lunes pasado, llevó al Arzobispado de Valencia a entrar en el Museu de Santa Clara de Gandia y, sin autorización del ayuntamiento, que es propietario del edificio, llevarse el centenar de obras de arte que formaban parte de esa colección. Los cuadros, tallas y reliquias se depositaron otra vez en la clausura del convento franciscano, lo que ha abierto un conflicto entre el ayuntamiento y el arzobispado que lleva camino de resolverse en los tribunales.

El motivo principal de esa acción, ordenada por el delegado del Arzobispado de Valencia para el museo, Ximo Company, es que el ayuntamiento se había negado a nombrar, con carácter inmediato y funcionarial, al equipo directivo que el propio Company proponía, integrado por Joan Aliaga y Nuria Ramón, las dos personas que, hasta ahora, han sido los conservadores de las obras de arte.

Varios miembros del Gobierno local de Gandia revelaron ayer a este periódico que Company exigió el nombramiento de Aliaga y Ramón, pero el ayuntamiento respondió que ni podía hacerlo ahora ni podía aceptar que desde el arzobispado se impusieran esos nombres. Es más, para crear plaza funcionarial la ley obliga a que se puedan presentar todas las personas que reúnan las condiciones fijadas por el consistorio. El mejor, a criterio del tribunal, lograría finalmente la plaza.

La retirada de las obras de arte, que se produjo el lunes por la mañana a través de la «puerta secreta» que comunica el museo con la clausura del convento de Santa Clara, coincidió con la finalización del contrato de Nuria Ramón, que justamente tres días antes, junto a Joan Aliaga y al concejal de Cultura, Joan Muñoz, habían inventariado todas las piezas del museo para transferir su gestión a los nuevos encargados. El ayuntamiento había pensado situar a un funcionario del departamento de Cultura, aunque la decisión no estaba tomada.

«Espiritualidad franciscana»

No solo las palabras de varios miembros del Gobierno local avalan el despecho como detonante del polémico desmantelamiento del Museu de Santa Clara. Ayer, a través de un comunicado, el Arzobispado de Valencia respaldó esa acción ordenada por Ximo Company, criticó que «no haya un sólo responsable al frente del museo» y añadió que el equipo director que el ayuntamiento no ha nombrado debería ser «exquisitamente único y singular», es decir, el que proponga el propio delegado del arzobispado.

A mayor abundamiento, también la carta que Ximo Company envió a la alcaldesa de la ciudad el pasado 9 de marzo, advirtiéndole de que se llevaría las obras de arte si en tres meses no se alcanzaba un acuerdo, animaba a terminar con la provisionalidad del personal gestor y elogiaba a quienes hasta ahora han sido los cuidadores del museo. Company señalaba que además de su saber sobre el arte expuesto, también eran plenamente conocedores de la «espiritualidad franciscana», algo que el arzobispado quiere que se tenga en cuenta en la gestión de este centro cultural.

Por otra parte, el concejal de Cultura de Gandia negó ayer que el delegado del arzobispado no obtuviera respuesta a la carta que envió a la alcaldesa. Él mismo, por delegación de Diana Morant, estaba negociando con Ximo Company los términos de un acuerdo complejo para gestionar el museo. Muñoz añade que, en medio de ese proceso, Company sorprendió vaciando la sala.

Compartir el artículo

stats