Los ayuntamientos de la comarca de la Safor ya están recorriendo los últimos pasos de su particular travesía en el desierto a nivel económico. La crisis obligó a los municipios a apretarse tanto el cinturón que la partida de inversiones se tuvo que reducir de forma muy brusca, sobre todo en aquellos en los que antes se lanzaron a construir nuevos proyectos prácticamente sin control.
Tras hacer los deberes durante la pasada legislatura, las arcas municipales empiezan a disponer de una situación más holgada, lo que anima a los gobiernos locales a atreverse con las inversiones a cargo de las arcas municipales.
A este se le añade que el pasado fue un año en el que se celebraron elecciones, una etapa que lleva a los alcaldes y concejales a gastar con un poco más de alegría.
De ese modo, un total de 20 de los 31 pueblos de la comarca aumentaron el capítulo de inversiones durante el 2015, según se desprende de la liquidación de sus presupuestos. Una mayoría de ellos lo hicieron en más de la mitad. Eso fue posible porque, entre otros aspectos, muchos cerraron sus ejercicios anteriores con superávit y con remanentes líquidos de tesorería positivos.
El Ayuntamiento de Oliva, incluso, cuadriplicó su inversión, al pasar de 589.000 euros en 2014 a 2,6 millones el año pasado. Ador dobló prácticamente la cantidad al pasar de 160.000 a 320.065 , Almoines llegó al 84 %, mientras que las inversiones en la Font d'en Carròs crecieron en un 74 % durante el pasado año.
En contraposición, dos de los tres grandes municipios de la comarca, Gandia y Tavernes rebajaron su gasto en proyectos y obras. En el caso de la capital de la Safor la bajada fue de cinco millones de euros. De sobra es conocida la escasa capacidad inversora de la que dispone la ciudad, que entonces aún tenía proyectos por adjudicar del Plan Confianza. Por su parte, Tavernes pasó de 2,4 millones en 2014 a 1,2 el pasado año.
Bien es cierto que en este último caso, el gran incremento se produjo en 2014, ya que el año anterior (2013) apenas se destinaron 475.000 euros a trabajos pagados con fondos propios.
2013, el peor año
En cifras globales, es cierto que la comarca no registró la mayor cantidad de dinero destinado a inversión en 2015 desde que estallara la crisis. En total, los municipios destinaron a esta partida 16 millones, por los 20 del año anterior. Esta cifra, sin embargo, está influenciada por Gandia y su particular situación económica, ya que nivel individual sí que se ha producido ese incremento en la inversión en la mayoría de ayuntamientos.
El peor año fue, sin duda, el 2013. Durante ese ejercicio, los municipios invirtieron algo más de 11 millones de euros. Era, todo cabe decirlo, el primero en que entraba en vigor el Plan de Ajuste y tocaba portarse bien.
Lejos quedan de la actual situación, sin embargo, años como el 2007, cuando los ayuntamientos de la comarca de la Safor destinaban en el capítulo de inversiones la friolera de 63 millones de euros. Luego llegó la crisis y se acabaron los fastos.
