Lo que sí que vivió usted fue la eclosión y posterior caída en desgracia del Proyecto Innova. ¿Cómo valora lo que ocurrió?
Yo siempre he pensado que lo del Innova fue una gran oportunidad perdida en su momento. Cuando se planteó no había más que aceptarlo porque pienso que uno debe ser honrado y si le explican los motivos por los que se hace debe creer en quien se lo dice, y si después no es así no se puede saber. Centrándonos en qué podría haber significado, creo que era importante para el Campus y ha sido una oportunidad perdida para la universidad y para la ciudad. No sabemos qué habría sido aquello pero sí que se abría un nuevo espacio para atraer más talento, investigación y empresas. Habría ayudado a pasar transferencia tecnológica a las empresas y estas a nosotros habernos pasado parte de sus necesidades y experiencia
¿Que no se haya construido y abierto el edificio Innova ha lastrado el futuro del Campus?
Eso es algo que no sabremos nunca.
¿Cree que se podría retomar ese proyecto?
La verdad es que no lo sé. Ya no va a depender de mí y por eso ahora no me atrevo a entrar en ello. Creo que las circunstancias de aquellos momentos eran las que eran y las de ahora son otras muy diferentes. Pero, si no igual, estoy convencido de que se puede hacer algo parecido. Eso sí, algo que sea capaz de consolidar el Campus en un espacio para que puedan venir proyectos de alta tecnología. No sé cómo se le puede llamar, pero habrá que repensarlo en algún momento. De todas formas, muchas cosas que se hubieran hecho en el Innova las hemos llevado a cabo nosotros aquí dentro del Campus. Pero no es lo mismo, porque, de ese modo, se queda como el desarrollo de un proyecto más local, mientras que, a través del Innova, habría sido más abierto. De todas formas, insisto, no sé cómo habría salido si finalmente se hubiera hecho realidad. Pienso, en todo caso, que el Ayuntamiento fue valiente cuando planteó llevar a cabo el Innova. Creo que los campus universitarios, sobre todo si son como este de Gandia, siempre deben abrir las puertas a otro tipo de colaboraciones empresariales y de transferencias de tecnología. Si no es el Innova, debe ser otro tipo de proyecto parecido que tenga la misma utilidad que iba a tener este centro.
Al fin y al cabo lo que se pretende es que las propias empresas se aprovechen de ese talento que sale de la universidad.
Claro. Es lo que queremos, crear conocimiento, formar alumnos, personas y todo ello que pase a la sociedad. Si hay instrumentos de ese tipo, más que bien. Si además, hay empresas de aquí que se apuntan al proyecto, aguantamos el talento aquí, que es lo que nos interesa. Que la gente se quiera ir al extranjero está bien si lo elige, si es por obligación ya es algo más complicado. Un ejemplo que me gusta mucho es el del trabajo que se lleva a cabo con la cofradía de pescadores de Gandia. Ahí se ve cómo fluye la experiencia de los pescadores con el conocimiento de los profesores y los alumnos y te das cuenta de que lo que haces en la universidad sí que llega posteriormente a la sociedad. Tú tienes que hacer el trabajo y cuando lo tengas acabado presentarlo, no puedes vender humo sino realidades. Tienes que salir a contar hago esto, esto, esto y esto para demostrar lo que haces en la universidad en campos como la acústica, la sociología o la Comunicación Audiovisual.
