Aviso a navegantes. Bueno, mejor a las administraciones, asociaciones y entidades festivas de todo tipo que organizan celebraciones a lo largo del año. El dato, a la vez que preocupante, es revelador: El 40 % de los menores de edad que confiesa consumir alcohol asegura que la primera vez que lo hizo fue durante el desarrollo de fiestas populares. Bajo este epígrafe entran ferias, fiestas patronales de los pueblos o fallas.
Lo dice un estudio que ha llevado a cabo la ONG Controla Club en colaboración con el departamento de Sanidad de Gandia y dentro de la campaña «Se et passes t'ho perds», que tiene por objetivo concienciar a los más jóvenes de los riesgos que corren al consumir alcohol o drogas ilegales.
El dato general revela que un 70 % de los 621 estudiantes que participaron en la encuesta (de todos los centros con educación Secundaria de Gandia) confiesan que consumen alcohol de forma habitual, sobre todo en fin de semana. El 90 %, es decir, la práctica mayoría de ellos, asegura, además, que ha bebido «alguna vez en su vida». Otro dato que es como para inquietarse. El 94% tiene sus primeros escarceos con la bebida antes de llegar a los 18. La edad media de inicio, según el estudio, se encuentra en los 14. Todo, a pesar de que está prohibida la compra y consumo en esa franja.
Que no se ponen todas las herramientas en funcionamiento para controlar a quienes se dirigen a una barra a pedir una copa resulta evidente cuando casi la mitad se ha iniciado en el consumo durante algún tipo de celebración popular. Lo grave es que, en algunos casos, son las propias administraciones las que fomentan este consumo poniendo barras en sus verbenas, discomóviles o actos que organizan para celebrar sus fiestas patronales. En muchos pueblos, de hecho, se financian las fiestas con lo que se saca de las barras, como recordaba ayer la concejala de Sanidad, Liduvina Gil.
Muy lejos de ese 40 %, los chicos y chicas confiesan haberse iniciado en el alcohol en sus salidas en fin de semana o verano (14%), en cumpleaños (15%) o en Navidad (7%).
Otro dato que ha puesto en alerta a los expertos es que, del total de los encuestados, el 62% confiesa haber tomado en el último mes (la muestra se tomó en noviembre) entre 1 y 9 días en un mes, es decir, que prácticamente bebe todos los fines de semana. De estos, además, un 38 % confiesa haber pillado una borrachera también en ese mismo tiempo. Un 40,8 % asegura que no ha sufrido embriaguez.
Respecto a los hábitos de consumo, el trabajo revela que las bebidas preferidas son los «chupitos» y los cubatas. Respecto a los primeros, un 43,9 % toman de uno a tres durante la noche y un 15,5 % de tres a seis. El 43,5 % bebe de uno a tres combinados, mientras que el 25,9 % consume de tres a seis copas.
Por otra parte, el 46 % de los jóvenes que han participado en el estudio revelan que han consumido droga alguna vez en su vida. De estos, la gran mayoría un 95 % ha probado el cannabis, mientras que un 63,2 % lo hace de forma habitual.
Los expertos también alertan de una cuestión que, en ocasiones, pasa desapercibida. El consumo de bebidas energéticas también resulta nocivo para el bienestar de los chavales. Según Andrea Hernández, este tio de líquidos ya sin mezclar tienen efectos negativos debido a la gran cantidad de cafeína que contienen. Estos se multiplican cuando, además, se le añade algún tipo de bebida alcohólica.
Hernández, durante la rueda de prensa de presentación del estudio que tuvo lugar ayer, pidió que se trabaje «de forma conjunta desde el ámbito de las familias, los colegios, las administraciones y los comercios que venden este tipo de bebidas para intentar mejorar las alarmantes cifras que arrojan la encuesta».
Liduvina Gil, por su parte, también pidió «responsabilidad» a los propios jóvenes a la hora de comportarse en sus salidas nocturnas y destacó las campañas que desde su departamento se llevan a cabo desde el pasado año para concienciarles.
