Silencio. Eso será lo único que se escuchará el próximo verano en el Wonderwall, el hotel y sala de fiestas ubicada en la carretera de la Séquia del Rei entre la playa y Gandia. El equipo directivo de uno de los complejos de ocio más famosos de la ciudad y que mayores fiestas nocturnas ha organizado en los últimos años, ha decidido no abrir sus puertas. Al menos hasta que la Generalitat apruebe la Declaración de Interés Comunitario (DIC) solicitada por la empresa, que se está tramitando desde hace meses.
Esta figura urbanística les permitiría obtener los permisos necesarios para organizar grandes espectáculos como los que ofrecían hasta el 2015, algo que ahora tanto la Generalitat como el Ayuntamiento de Gandia les niegan, al encontrarse la terraza en suelo no apto para ello.
De hecho, la ausencia de este reconocimiento y el hecho de que en temporadas anteriores se organizaran actividades sin contar con la DIC (pero sí con permiso del Ayuntamiento) ha provocado la apertura de un expediente sancionador por parte de la conselleria de Territorio que dirige María José Salvador, cuya cuantía asciende a 200.000 euros.
Fuentes de la empresa apuntaban ayer a Levante-EMV que, en todo caso, esta posible sanción no influiría en la apertura del recinto e insistieron en que el único motivo que ha llevado a tomar la decisión de no abrir es no disponer de la DIC.
Sin este reconocimiento, el local podría operar pero solo bajo la licencia de hotel con ambientación musical en su terraza, como la gran mayoría de los que existen en la playa de Gandia. Esto significa que podría organizar alguna fiesta pero a muy pocos decibelios y con un aforo limitado a menos de trescientas personas.
Esta situación, reconocen las mismas fuentes, hace inviable económicamente el proyecto, puesto que dista bastante del modelo de negocio que la sociedad Music Resort SL quiere implementar en el edificio que adquirieron a sus antiguos propietarios, la familia Tano, basado en fiestas de gran formato como las que han tenido lugar en otras ocasiones en este recinto.
El cierre lo anunció la propia empresa hace unos días a través de su muro de Facebook y levantó la indignación entre sus seguidores, que recordaban buenos momentos que han pasado en este local, que se puso en marcha el verano de 2013.
El secreto de Wonderwall estaba en que ofrecía algo diferente: Diversión desde primera hora de la tarde y hasta la madrugada, al aire libre y en un entorno casi paradisíaco, con palmeras, piscina, hamacas y habitaciones.
No en vano, este local ha llegado a albergar a miles de personas durante los años en que ha estado abierto al público e incluso el SanSan Festival, que casi se creó para organizarse en ese recinto.
El cierre del hotel, además, deja sin empleo a decenas de personas que cada verano eran contratados para atender a los clientes.
La empresa solicitó la DIC hace meses pero el proceso para acabar su tramitación es largo. Desde el Ayuntamiento de Gandia señalaron ayer a este periódico que «se ha intentado que Wonderwall tuviera licencia legal para poder realizar la actividad». De hecho, las mismas fuentes indicaron que desde el consistorio se ha tramitado informe favorable a la DIC solicitada por la empresa. «También se pidió a la Generalitat que tramitara la declaración por vía de urgencia, algo que reduciría a la mitad la resolución».
