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Dos años de gestión sin saber todavía dónde irán las instalaciones

Poco o nada han evolucionado las cosas desde que hace casi dos años el nuevo equipo de responsables del Consorcio de Residuos de la Safor, la Vall d'Albaida, la Costera, la Canal de Navarrés y el Valle de Ayora tomara las riendas de un organismo que tiene la misión de poner en marcha un plan eficaz para la reducción, el reciclaje, la reutilización y la eliminación de todo tipo de residuos urbanos e industriales en un extenso territorio del sur de la provincia de València que va desde la costa hasta el límite con Castilla-la Marcha.

Hace dos años, una de las primeras decisiones adoptadas por la Junta de Gobierno presidida por Roger Cerdà fue paralizar el proceso para construir la planta de tratamiento y vertedero de rechazos en Llanera de Ranes (la Costera), y proponer una nueva distribución territorial de instalaciones, incluyendo una planta de tratamiento en la Safor rechazada por la Mancomunitat y la mayoría de los alcaldes.

Fuentes del COR señalaban ayer a este periódico que, efectivamente, siguen sin un diseño claro sobre cómo tratar la basura de estas cinco comarcas, pero consideraban que eso tiene aspectos positivos porque la intención de sus responsables es ser «precursores» para aplicar el modelo más sostenible de acuerdo con criterios ambientalistas, y añaden que en ese concepto entra la «autogestión» de residuos orgánicos en municipios pequeños o la potenciación del reciclaje de todo tipo de residuos.

Mientras, los grandes municipios de la costa, que ahora en verano generan todavía más basura, esperan el plan que, de una vez por todas, permita poner fin al traslado diario de cientos de toneladas a cientos de kilómetros de distancia.

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