Las autoridades sanitarias insisten una y otra vez en lo importante que resulta detectar el cáncer en una fase primigenia para que el tratamiento tenga mayores posibilidades de éxito y así salvar vidas. La Conselleria de Sanitat, desde hace años, lleva a cabo campañas preventivas que han permitido que algunos de los tumores más mortales que existían, al ser detectado en una fase muy inicial, tengan porcentajes de curación muy elevados.
Pese a ello, llama la atención que solo el 42% de la población de la comarca de la Safor que estaba citada a hacerse la prueba de detección de cáncer de colon el pasado año completara las pruebas pertinentes. Así aparece en la memoria anual que elaboró el hospital Francesc de Borja.
El programa está dirigido a hombres y mujeres de entre 50 y 69 años. Sanidad eligió este tramo de edad, puesto que es en el que está demostrado que la detección precoz y posterior tratamiento tiene mayor posibilidades de éxito. En la comarca de la Safor estaban llamadas a hacerse la prueba el pasado ejercicio un total de 39.500 personas. De estas, respondieron a la llamada alrededor de 15.000 personas, es decir, menos de la mitad.
Estas pruebas permitieron detectar 53 tumores malignos y 500 benignos, que fueron extirpados, evitando, de ese modo, que las lesiones puedan derivar en cáncer. Estos resultados vienen a demostrar el beneficio que conlleva someterse a estas pruebas.
Rebeca Cremades, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública del Área de Salud de Gandia, que engloba a toda la comarca de la Safor, explica que detrás de la negativa de muchas personas a practicarse esa prueba existen varios factores. El primero es el propio método que se utiliza para la detección de la lesión.
La prueba se divide en dos partes. La primera se realiza en casa con un kit que el centro de Salud Pública envía a las personas interesadas en participar. En este caso se recogen heces y se envían analizar para buscar restos de sangre.
Si el resultado es positivo, se avisa al paciente de que debe acudir a una segunda prueba, consistente en una colonoscopia en la que se lleva a cabo un estudio más profundo. «A la gente le entra aquí un poco de miedo y a la segunda prueba ya no acude», explica Cremades. Algunos lo hacen por temor a la propia prueba pero a otros les detiene «el resultado que pueda salir», explica la experta. Cremades insiste en que «saberlo va a ser mucho mejor». Hay que tener en cuenta que detectar restos de sangre en las heces no significa que haya un tumor. Puede ser un pólipo que se retira mediante una intervención para evitar que en un futuro pueda derivar en la lesión maligna. Si se halla un cáncer es el médico el que da indicaciones de cómo proceder.
Otro de los motivos por los que son muchos los que deciden no someterse a la prueba es el desconocimiento. «Aunque el de colon está a la cabeza en casos de cáncer, no existe visibilidad, no se conoce tanto como por ejemplo el de mama», señala Cremades.
Esa poca participación en la campaña de cribado del cáncer de colon contrasta con la de mama, en el que el porcentaje de mujeres que acudieron a hacerse la prueba en 2016 rozó el 80%.
La doctora señala que la diferencia está en que la campaña contra el cáncer de mama lleva mucho más tiempo realizándose, ya que arrancó en 2001. «Al principio la gente no valora debidamente en qué consiste y por eso cuesta arrancar, pero existe más concienciación contra el cáncer de mama porque es más visible», indica la experta. La campaña de detección precoz del cáncer de colon dura dos años. Pasado ese tiempo se invita a repetir la prueba.
