En 2003 el Ayuntamiento de Gandia impulsó la urbanización del sector Marenys de Rafalcaid y dos años después se iniciaron las obras que, en 2010, cuando aún no habían concluido, quedaron paralizadas por sentencias judiciales derivadas del deslinde con el mar y por los problemas de inundabilidad de esa zona. Desde entonces, todos los gobiernos locales de Gandia han intentado rematar los trabajos y permitir que los propietarios del as 350 parcelas afectadas puedan gozar de plenas garantías jurídicas, dado que en la actualidad sus viviendas están técnicamente fuera de ordenación y no se pueden conceder licencias de obras.
No actuar sería peor
A criterio de los técnicos que han llevado a cabo la auditoría urbanística en Rafalcaid, no actuar ahora y dejar que el tiempo siga pasando sería peor, dado que algunas de las infraestructuras ejecutadas que ahora aún pueden aprovecharse entrarían en una fase de deterioro que, con el tiempo, las haría del todo inservibles y obligaría a una inversión mayor de dinero.
Marenys de Rafalcaid, un espacio que tiempo atrás fue parte de la desembocadura del río Serpis, fue clasificado como urbanizable en el Plan General de Ordenación Urbana de 1983, pero ya entonces algunas voces apuntaron a que, en realidad, se tendría que haber dejado como rústico, sin posibilidad de construir, debido a los problemas de inundabilidad que, entre otros aspectos, obligaron a levantar un largo muro a lo largo del río Serpis para protegerse de posibles desbordamientos.
