Cuando alguien llegaba a Villa Espectra -un lugar salido de la imaginación del director Tim Burton- debía quitarse los zapatos y colgarlos de un cable bien alto. Así nunca podría recuperarlos y marcharse. El calzado de todos los vecinos de Espectra pendía en el umbral de entrada al pueblo.

Esta lectura, la de la película "Big Fish", es la más poética. Pero lo cierto es que, si se mira al cielo, de los tendidos eléctricos y telefónicos de las calles de todas las grandes ciudades y también localidades más pequeñas penden pares de zapatillas. Ya se le considera un nuevo arte urbano y de ahí su nombre, "Shoefiti", cruce de grafiti y "shoe", zapato en inglés.

¿Qué mensaje guardan estas zapatillas? No está claro. Hay varias interpretaciones. Algunos sitúan su origen, como tantas otras cosas, al otro lado del Atlántico. En Estados Unidos, cuando el miembro de una banda, tipo Latin King, moría en una pelea, se lanzaban sus zapatos. También se asocian a las señalizaciones de puntos de venta de droga o los territorios "okupa". En 2003, el Ayuntamiento de Los Ángeles repartió una circular alertando de que donde había zapatillas colgantes había "camellos".

Una licenciatura

Pero la costumbre entroncaría también con otra más antigua, la de los soldados que se licenciaban y lanzaban al aire sus botas militares. De ahí que se liguen con otros "ritos" como el final de unos estudios, una boda inminente o incluso el debú en el sexo.

Parece que se impone la teoría "grafiti" (una especie de "aquí estoy yo") y que la imitación ha hecho crecer el fenómeno. Hoy pueden encontrarse en todo el mundo, Europa, América, incluso Australia. En Madrid han llegado a verse unos zapatos ¡de tacón! Hay páginas en internet donde "cuelgan" centenares de fotos.

En Valencia pueden verse a decenas. En Ciutat Vella (calles Balmes, Mesón de Morella, Baja, Recaredo...), Botànic (Padre Majón, Turia), en Russafa (Dels Tomasos-Cádiz o Doctor Sumsi), en Benimaclet (en Masquefa hay 3 pares, incluyendo unas botas de fútbol; en Barón de San Petrillo 3 pares juntos, Providencia, Reverendo Jose Martí esquina Emilio Baró, Arquitecto Arnau y Rafael Tramoyeres) o en Camins al Grau (Duque de Gaeta y Marino Albesa).