Un día La India soñó que era la meca del cine. Y nació Bollywood. El cine indio tiene algo de lo que carece Hollywood: unas coreografías multitudinarias, coloristas y alegres que mezclan la danza clásica inspirada en diosas como Shiva con el hip hop o el latino. Mónica, Amparo y Pilar se colocan en la frente el bindi (punto) y largas faldas o pantalones bombachos. Son valencianas, pero durante una hora dos noches a la semana emulan a Aishwara Ray, la estrella bollydoodiense más rutilante. Esto no es Bollywood. Es la escuela Arabesque, una de las muchas que han incorporado esta danza a su programa.

Son las nueve de la noche y comienza la clase. Suena música moderna, actual. Pero Patricia Leisa marca a las diez alumnas de Bollywood avanzado unos movimientos suaves de inconfundible aire oriental. Los brazos recrean las posturas de los dioses indios, luego se juega con la cadera y el pecho. La música cambia y aparecen los cánticos tradicionales. Los movimientos lentos dan paso a otros más rápidos. Cada vez más. Brazos arriba, pasos a derecha e izquierda... es un baile sutil, delicado y muy femenino a veces, coqueto y con un punto irónico otras. Es, sobre todo, muy divertido.

Mónica y Amparo, las alumnas más veteranas, coinciden: "Venimos por el placer de bailar, porque es una música que transmite energía y buen rollo, alegría". Pilar es profesora universitaria. En la escuela Arabesque hay alumnas que van desde los seis hasta los 63 años. Hombres, ninguno. "Hubo un chico, pero se cortó", cuentan.

El baile Bollywood llegó a España hace unos cinco años. Patricia se formó con profesores indios. Pero el estilo es tan libre que inventa sus coreografías. Es respetuosa con el hipnótico movimiento de las manos de la danza clásica (que son mudas de yoga). La interpretación también es importante. Hay que ser un poco actriz. Y la estética. Las alumnas siempre se visten, faldas y pantalones anchos multicolor, pulseras... Compran en mercadillos o por internet. Van descalzas. Los gestos de la cara y los brazos deben seguir la música. Y la letra. Traducen las canciones indias para que sepan de qué hablan: de serpientes, agua, lagos y del amor.

La danza Bollywood -una variante de los bailes orientales, como la danza del vientre o el tribal fusión, que también imparte esta escuela situada en el barrio de Mont-olivet que dirige Eva Nahid-cada vez tiene más demanda. A sus incondicionales el nuevo baile les parece "más energético, más activo". A veces se suben a un escenario, en fiestas de fin de curso o galas benéficas. Como el próximo sábado, en el parque Marazul de Natzaret. El Bollywood se puede bailar en solitario o en pareja, pero gana en grupo (¿cómo olvidar la escena final de Slumdog Millonaire?)