Noche tras noche cientos de miles de personas se sientan frente al televisor para disfrutar de uno de los programas más anecdóticos de la parrilla: First Dates. El formato de Cuatro reúne a sus invitados, que buscan el amor en una romántica velada, que bien puede ir sobre ruedas, pero que también en muchas ocasiones acaba siendo un verdadero desastre. 

Los espectadores de First Dates están acostumbrados a conocer a través del programa a personajes de lo más pintorescos. A menudo los carácteres de quienes se sientan en la misma mesa para disfrutar de la cita a son demasiado incompatibles. Por otra parte, otra situación que suele darse es que la tensión sexual entre ambos se palpa incluso a través de la pantalla. Sea como sea, siempre se acaban generando situaciones de lo más surrealistas en el plató 'del amor'

Iker y Ainhoa también han acudido al plató de First Dates en busca de su media naranja. Él es informático y opina que su aspecto físico da muchas pistas sobre su profesión. Se declara fan de la cultura japonesa y se define como una persona carismárica a la que se le da bien hacer amigos. Ha llegado al programa buscando alguien que sea respetuoso y con quien compartir hobbies.

Ella estudia integración social y cuenta que sus padres creen que va a acabar siendo monja porque opinan que está "muy chapada a la antigua". De hecho, ha reconocido a su cita que nunca ha tenido pareja, ni ninca ha tenido nada con nadie: "Voy a acabar monja, como dice mi madre". Sin embrargo, confía y cree que es posible encontrar a su media naranja.

Iker y Ainhoa en First Dates. Cuatro

Iker ha reconocido que le gusta mucho su estilo a la hora de vestir y, al hablar de tatuajes, cuando le ha mostrado su tatoo de Pikachu, Ainhoa le ha reconocido que también quería tatuarse un pokemon. En cuanto a las aficiones, a él le gustan los coches y todo lo relacionado con el motor, mientras que ella muestra especial interés por los casos de asesinatos reales y las películas de miedo.

Mientras que Ainhoa no ha conocido nunca a nadie, Iker ha contado que ha tenido una relación de dos años. Ella le ha comentado que le gustan los hombres extrovertidos y con tema de conversación, momento en el que él le ha dicho que podía preguntarle lo que quisiera. No obstante, ella no sabía qué preguntar, y ha decidido dejar que la cita fluyera. Esto no le ha hecho mucha gracia a Iker, que ha echado en falta que ella hablara más: "Me han faltado caballos, me ha faltado potencia", reconocía.

En el momento de la decisión final, ella se ha mostrado predispuesta a tener una segunda cita con Iker para seguir conociéndose, pero él, en cambio, ha dicho que prefería que quedaran como amigos, mientras le recomendaba que le metiera "un poco más de chispa" a sus próximas citas.