Una misión tripulada a un glaciar alpino a 2.700 metros de altura no es el entorno desértico que habitualmente se asocia con Marte, pero es donde se han encontrado «las condiciones ideales» para entrenar una misión simulada al «planeta rojo».

Es la primera vez que se recrea una misión a Marte en un glaciar, explican fuentes del Foro Austríaco del Espacio, que organizó la misión y que cuenta con una dilatada experiencia en estos ejercicios, como los desarrollados antes en una zona del Sahara (Marruecos), en Río Tinto (España) o en el desierto de Moab (EEUU).

La mayoría de estas simulaciones se desarrollan en ambientes desérticos, pero desde hace un tiempo se sabe que en Marte existen glaciares fuera de los polos. El glaciar alpino de Kaunertal, en Austria, donde se ha hecho la recreación, ofrece aspectos comparables a las masas de hielo marcianas: en ambos casos los glaciares están cubiertos por una capa de roca y polvo.

El donostiarra Íñigo Muñoz Elorza, de 36 años, es uno de los seis «astronautas» seleccionados para esta simulación, que concluye hoy después de dos semanas, y en los que han participado un centenar de investigadores, técnicos y científicos de 19 países.

Muñoz Elorza, que ha estudiado empresariales en Karlsruhe (Alemania) e ingeniería aeronáutica en Madrid, y trabaja en el Centro Aeroespacial Alemán, habla con entusiasmo sobre la experiencia y sus sueños desde niño de ser astronauta. En sus «paseos espaciales» por el glaciar, tanto él como sus cinco compañeros iban embutidos un traje espacial de 45 kilos, equivalente a unos 135 kilos en Marte.