Una mujer de 69 años y dos de sus hijas han sido condenadas a tres años y ocho meses de prisión por raptar al nieto de la primera, de 11 años, y mantenerlo retenido durante una semana. En el tiempo en que estuvo secuestrado por sus propios familiares, el niño hacía vida dentro de un vehículo, en una montaña de Serra, e incluso le daban para beber alcohol, según queda reflejado en la sentencia.

Este periódico se puso en contacto con los tutores legales del menor, quienes relataron lo sucedido y manifestaron que están contentos porque todo ha acabado bien. "El niño está con nosotros y ellas están en prisión, como debe de ser", apuntó Dolores, compañera sentimental del padre biológico del niño.

El citado secuestro se produjo el pasado 10 de diciembre en Catarroja cuando las ahora condenadas abordaron a la madrastra del niño cuando ésta lo llevaba al colegio. "Me cogieron del pelo y me empezaron a pegar", explicó Dolores. Además, según queda probado en la sentencia, en su afán por llevarse por la fuerza al menor las acusadas tiraron al suelo a uno de los hijos de la agredida, de ocho años. Rápidamente las tres mujeres introdujeron al menor en un vehículo y huyeron del lugar.

En una montaña de Serra

Una semana después la Guardia Civil localizaba el coche en una montaña de Serra y detenía a las tres mujeres acusadas de un delito de sustracción de menores.

Durante esos siete días el menor dormía dentro del vehículo en compañía de estas tres personas, hacía sus necesidades en la calle y era alimentado de forma poco saludable, según especifica la sentencia. De hecho, el propio niño reconoció ante el juez que "vivían en el coche sin lavarse y que a veces le daban de beber sidra y champán".

Las acusadas alegaron durante el juicio, celebrado en el Juzgado de lo Penal número 12 de Valencia, que se llevaron al menor porque "pensaban que el niño estaba siendo violado por su padre, y no podían consentirlo, que lo maltrataba y no lo atendía bien". De hecho, durante los días que lo mantuvieron retenido llevaron al menor dos veces al médico para que lo examinara, bajo "la creencia errónea de que el niño estaba sufriendo abusos de su padre", según recoge la sentencia.

Actuación en perjuicio del menor

El juez ha tenido en consideración el hecho de que una de las acusadas fuera abogada en activo y conociera las consecuencias de su acción, "lo que hace aún mayor su responsabilidad penal". Según la sentencia, las acusadas "actuaron de forma unilateral, ilegítima y exacerbada en la falsa creencia de estar actuando correctamente en defensa de su sobrino y nieto menor de edad".

Además, el hecho de que le dieran de beber alcohol "denota claramente una actuación totalmente irregular en perjuicio del menor al cual querían proteger", concluyó la sentencia.