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La policía nacional detuvo anoche en Valencia a Ángel Vicente W. A., de 48 años, apenas dos horas y media después de que prendiera fuego a la vivienda de su compañera sentimental después de que la amenazara de muerte. Por fortuna, en el domicilio no estaban ni la mujer, ni sus hijos. Tan sólo un perro, "Eh tú", que sufrió quemaduras graves y fue rescatado por los bomberos.

Los hechos se desencadenaron a las 17.30 horas, cuando varios vecinos del número 72 de la calle Padre Viñas, en el barrio de Orriols, pararon un coche patrulla de la policía nacional para alertarles de que salía humo del tercer piso. Los agentes hablaron con la mujer, quien les contó que su compañero, un recluso en situación de libertad condicional, había prendido fuego al domicilio de ambos y que no se atrevía a entrar por miedo a que llevase a cabo las amenazas vertidas esa misma tarde contra ella.

Cuando los primeros agentes accedieron al piso, vieron que estaba aún en llamas, pero ya no había ni rastro del presunto autor del incendio, que, según los vecinos, escapó por la azotea del inmueble. Los policías pidieron la ayuda de los bomberos y salvaron al perro, un pastor alemán, que fue llevado al veterinario por su dueña.

Los hijos de ella, de 9 y 10 años, tampoco estaban en casa, ya que aún no habían llegado del colegio.

Según las fuentes consultadas por Levante-EMV, Ángel Vicente W. A. tienen numerosísimos antecedentes, entre ellos dos por incendiar otras viviendas en los años 1990 y 1994 y uno por un homicidio en grado de tentativa.

Pasadas las ocho de la tarde, una patrulla de la policía nacional detenía al fugitivo en la calle Reig Genovés bajo la acusación de maltrato, amenazas e incendio.

"No quería dejarlo en la calle"

Amparo, viuda desde hace cuatro años, lleva conviviendo con su actual pareja desde hace un año y medio. Durante este tiempo la mujer asegura haber sido víctima de malos tratos, llegando a interponer hasta cuatro denuncias contra su compañero sentimental, según manifestó ésta.

"Cuando no bebe es genial pero cuando viene borracho es muy violento", explicaba la mujer, quien también afirmó que esta experiencia no es nueva en su vida. "Mi difunto marido estuvo en la cárcel por malos tratos. Si es que parece que me gustan así...", comentaba entre sollozos.

Pese a estas supuestas denuncias, la víctima asegura que no quiso orden de protección porque "no quería dejarlo en la calle". De hecho, aunque la relación estaba muy deteriorada, la mujer explica que le alquilaba una habitación en su casa para que no durmiera en la calle.

"Yo ya le dije que hasta aquí hemos llegado", insiste Amparo. "Hicimos un trato, él no se mete en mi vida y yo no me meto en la suya", apuntó. Sin embargo, "él es muy machista y no le gusta que esté con mis amigas", argumentó. "¿Dónde voy ahora con mis hijos?", se lamentaba Amparo al ver el estado en que quedó la casa.