El Ministerio Fiscal solicitó ayer una condena de nueve años de prisión para un profesor de taekwondo acusado de abusar sexualmente de una alumna de 13 años a la que llevaba entrenando desde hacía casi una década. La fiscal reclamó también para el hombre, de 42 años y que ya no ejerce como profesor, la prohibición durante diez años de aproximarse o comunicarse con la chica, de 20 años en la actualidad y en tratamiento médico y psicológico desde que ocurrieron los hechos.

En el juicio celebrado ayer en la Audiencia de Valencia, el procesado, casado y con una hija de edad similar a la víctima, reconoció que mantuvo relaciones sexuales con esta alumna sabiendo su edad, pero insistió en que fueron propuestas y consentidas por ella, extremo que esta negó posteriormente.

La fiscal explicó los hechos, ocurridos entre los años 2007 y 2009 en una población valenciana, atendiendo a que la chica se sintió «deslumbrada por su profesor», que «la aduló y sedujo» de manera que «ella quedó vulnerable ante él».

Consideró «inverosímil que una niña de esa edad y sin experiencia sexual propusiera al acusado esas cosas que hicieron», como él afirma, y justificó la «dureza» de la pena solicitada para el procesado en la «gravedad» de los hechos enjuiciados.

El procesado, que trabajaba en un gimnasio, enseñaba taekwondo a la víctima desde los cinco años y, según el Ministerio Público, entre 2007 y 2009, aprovechándose de la confianza de la menor y la desigualdad de edad entre ambos, la sometió para practicar sexo con ella en el gimnasio donde entrenaban y en «varias poblaciones a las que se trasladaban supuestamente para acudir a competiciones deportivas».

La víctima, que declaró oculta tras un biombo, insistió ante el tribunal en que la «obligó» a mantener relaciones sexuales y que nunca dijo nada «por miedo y vergüenza».

«Decía que era muy guapa y llegaría lejos en el taekwondo, y que confiara en él. Era como mi héroe. Empezamos a tener relaciones. Yo no quería pero no sabía cómo salir de eso, porque pensaba que podía suponer dejar el taekwondo, que era mi vida. Me ha roto la adolescencia y mi familia», manifestó.