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«No fue un juicio justo, fue totalmente arbitrario»

El abogado del acusado pidió el indulto y alegó que padecía discapacidad intelectual

El abogado de Pedro Martínez Expósito, Jesús Sánchez Tello, quien le asistió desde los 16 años en sus numerables entradas y salidas de la prisión, aseguraba que el joven de Gandia «no tuvo un juicio justo bajo ningún concepto, fue totalmente arbitrario».

Sánchez fue entrevistado por el director Basilio Martín Patino para su documental Queridísimos verdugos (1977) —sobre los últimos ajusticiadores del franquismo— y por el valenciano Doménec Boronar décadas después, y les relató que Pedro Martínez «era un hombre no normal, con un defecto gravísimo que era la casi impotencia sexual, y eso repercutía gravemente en su mente de una forma tal que no era una persona normal, si no plenamente deficitaria».

El abogado alegó el atenuante de «oligofrenia», es decir, una discapacidad intelectual, pero no fue tenido en consideración por el tribunal franquista para librarlo de la sentencia de muerte. «De haberse tenido en cuenta no se habría podido jamás condenarse a muerte», sentenciaba el letrado, quien le vio morir ante el pelotón de fusilamiento.

La madre del reo aseguró a Martín Patino en su propia casa de Gandia que su hijo «no estaba bien de la cabeza», y relataba que no ganaban suficiente dinero para llevarlo a un médico a la ciudad de Valencia, porque si gastaban ese dinero no podían salir adelante.

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