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Astronomía

El vigilante de las estrellas que vive en Puçol

Economista de profesión, Amadeo Aznar identifica desde su observatorio asteroides peligrosos y mide sus curvas de luz

El vigilante de las estrellas que vive en Puçol

Fue un libro el que, más que un mundo, le abrió a Amadeo Aznar miles de galaxias. «Hace veinte años, durante la carrera de Administración y Dirección de Empresas, encontré un libro de Muy Interesante sobre cosmología perdido en casa de mi madre, y me pasé el verano leyendo». A día de hoy, este vecino de Puçol no ha abandonado ni la economía (es su trabajo) ni la astronomía, que se ha convertido en algo más que una afición.

«Aprendí a observar hace 18 o 20 años en Casas de Bárcenas: dejaba a mi novia en su casa y me perdía por los naranjos; como había mucha contaminación veía pocas estrellas pero las básicas, las 20 o 30 claves, sí podía identificarlas», recuerda. Después vino el primer telescopio (un refractor acromático de 90 milímetros de abertura, que le costó 80.000 pesetas) y ahora tiene cinco telescopios pequeños para los viajes, y otros cinco grandes, cada uno para distintos cometidos. Dos de ellos están en la terraza de su casa, «y los que tengo guardados los uso cuando hago una actividad pública para que la gente observe la Luna o los planetas. De hecho en dos ocasiones he montado algún telescopio grande en la plaza del País Valencià, para que los amigos de mi hijo y sus padres puedan ver la Luna».

La afición ha llegado a tal punto que Amadeo tiene su propio observatorio astronómico, situado en Aras de los Olmos («un lugar muy oscuro y despejado, ideal para la observación astronómica», explica), que controla por ordenador desde casa cuando no puede o no necesita desplazarse hasta allí. Colabora con la Universidad de Valencia, con las revistas más prestigiosas del sector e incluso algunos grandes observatorios profesionales le envían material inédito para que Amadeo los analice.

«De todos los equipos, el que más alegrías me ha proporcionado es de mi observatorio, el Observatorio Isaac Aznar, ubicado en el Centro Astronómico del Alto Turia, en Aras de los Olmos», explica. Se trata del primer observatorio por control remoto de la Comunitat Valenciana y uno de los primeros de España. «Cuando cae la noche programo en el ordenador del observatorio todas las tareas que debe ejecutar durante la noche y mientras duermo el telescopio las ejecuta. Al amanecer el telescopio se apaga y la cúpula se cierra sin mi intervención. Por la tarde analizo los datos y reporto los resultados».

Uno de los asteroides estudiados por Amadeo Aznar fue el «2015 TB 145», calificado de «potencialmente peligroso» ya que pasó «rozando» la Tierra la noche de Halloween de 2015, y que este astrónomo amateur analizó colaborando con el Instituto Astrofísico de Canarias (IAC) en el análisis y estudio de este asteroide. En la actualidad, Aznar trabaja en tres proyectos simultáneos. El primero es el Euronear, que se centra en la identificación y estudio de asteroides peligrosos, que pueden llegar a chocar con la Tierra. «En Estados Unidos este tipo de objetos se analizan de manera sistemática desde hace 30 años, en Europa hasta hace poco no había ningún programa continuado que analizara este tipo de objetos. Cada vez que uno pasa cerca de la Tierra apuntamos el telescopio y sacamos la curva de luz para conocer datos: su tamaño, su velocidad, propiedades físicas? y tomar medidas», explica.

El otro proyecto internacional es Photometric Survey for Asynchronous Binary Asteroids (PSABA), un programa en el que colaboran de manera activa unos 15 observatorios de todo el mundo para analizar asteroides binarios.

El tercer proyecto lo impulsó el propio Aznar hace un año. «Se trata del Lightcurve Photometric Database (base de datos de curvas fotométricas). La finalidad de este proyecto es obtener la curva de luz de asteroides del cinturón principal». Se trata de la primera base de datos gráfica que se realiza en España de tipo fotométrico y la tercera del mundo.

«Para mí es una satisfacción que una persona que empezó con un telescopio básico hace algo más de 20 años ahora colabore con observatorios profesionales», concluye.

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