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Tesoros en el monasterio de Sant Esperit

El incunable «Chronicon Mundi» y una pintura de Miguel Juan de Porta, discípulo de Juan de Juanes, son parte de sus joyas

Tesoros en el monasterio de Sant Esperit

Una biblioteca de humanidades con un fondo de 80.000 libros y 34 incunables, piezas del escultor Mariano Benlliure, una colección de acuarelas inéditas de su hermano, José Benlliure, y un retablo con pinturas de Miguel Juan de Porta, discípulo de Juan de Juanes, son algunos de los tesoros que se esconden tras los muros del monasterio de Sant Esperit en Gilet.

En su biblioteca, las joyas se cuentan por decenas; 80.000 libros de los que de 3.000 a 4.000 pertenecen a un «fondo antiguo», al estar datados entre el siglo XVI y principios del XIX. A estos hay que sumar 42 incunables, entre ellos, «"Chronicon Mundi" (1493), toda una obra maestra», explicaba el bibliotecario, Alberto Marín. Se trata de uno de los primeros libros de la imprenta de Gutenberg, de los que se editaron 2.000 ejemplares; 1.000 en alemán y 1.000 en latín y de estos últimos, uno es el que descansa en el monasterio.

Otro de los incunables relevantes es «Comentarium in psalmos», de Jacobus de Valencia, uno de los primeros libros impresos en Valencia tras el nacimiento de la imprenta.

Los fondos de Sant Esperit también albergan algunos ejemplares que la biblioteca nacional publicó en un libro-catálogo titulado «Repertorio de impresos españoles perdidos e imaginarios».

Además de estos, el documento estrella de este importante archivo es la bula papal de Nicolás V que ratifica a los Franciscanos como titulares del monasterio, tal y como recogía la bula original del Papa Luna que, según los frailes, desapareció durante la Guerra Civil. El texto está en perfecto estado, manteniendo el sello papal que data de 1446.

A nivel pictórico, los frailes también custodian importantes obras. Sin duda, la joya de la corona se encuentra en el retablo del altar mayor de la iglesia, en concreto, su pintura central, que representa la venida del Espíritu Santo, firmada por Miguel Juan de Porta (S.XVI), perteneciente a la generación de discípulos de Juan de Juanes, que sin perder su personalidad, plasmaron el sabor colorista del maestro de la escuela valenciana.

Dentro de la misma iglesia sorprende también la pintura de la Virgen de Gracia, un claro ejemplo del barroco italiano, obra de Paolo Matei.

Ya fuera del templo, se halla la sala del cardenal, llamada así por el retrato del cardenal Mariano Barrio, arzobispo de Valencia. Su importancia reside en su autor, Estruch (1865), el que fuera «el mejor retratista de la época», explicaba el fraile mayor, Fernando Hueso. Junto a éste sorprende otro cuadro, «La Huida de San Pedro», de Ribalta.

Las esculturas de Mariano Benlliure son otras de las piezas más preciadas y de mayor valor que alberga esta sala. Entre éstas destaca la terracota que el escultor diseñó como icono de los premios Ramón y Cajal o la escultura de «La Sagrada Familia», hecha en escayola, que sirvió para futuras réplicas.

A estas joyas se suman las acuarelas inéditas de José Benlliure, que los Franciscanos guardan con especial afecto, como piezas de gran importancia. Son 64 pinturas monográficas de principios del S.XX sobre la vida de San Francisco de Asís, fundador de la orden.

La lista de tesoros es extensa, y hace del monasterio un continente cultural de dimensiones insospechadas. Sin embargo, actualmente, sólo se puede visitar con cita previa enviando un correo electrónico a hospederia@santoespiritu.org.

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