Chile es el país del mundo con el mayor número de tratados de libre comercio firmados con áreas económicas que representan el 90 % de la población (entre otras la Unión Europea, Estados Unidos y China). El resultado, según destaca un informe de la Cámara de Comercio de Valencia, es que se ha convertido en una de las economías más competitivas y globalizadas del planeta.

Los empresarios valencianos que han trabajado en el país insisten en que ofrece un entorno para los negocios seguro y muy competitivo. Chile es el país de Sudamérica que menos ha notado los efectos de la crisis financiera como demuestra que en los últimos años ha crecido a un ritmo constante. Su talón de Aquiles es la excesiva dependencia del mercado del cobre ya que representa cerca del 50 % de las exportaciones con un monto cercano a los 55.000 millones de euros. El retroceso de la economía China ha tenido en los últimos meses un efecto directo sobre la demanda y el precio del cobre.

Las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras instituciones apuntan a una mejora del crecimiento hasta situarse en torno al 3,1 % en 2015 y del 4 % en 2019. Los analistas predicen que la buena marcha de la economía estará impulsada por unos tipos de interés a la baja, un aumento del gasto público, los menores precios del petróleo (Chile es importador neto de productos energéticos) y el empuje de las exportaciones. Los sectores más dinámicos son el agropecuario, la minería y el sistema financiero.

La Cámara de Comercio destaca en un análisis sobre las oportunidades del país que los sectores con demanda potencial de importaciones son la minería y la construcción (maquinaria). También es interesante el mercado agroalimentario: frutas y hortalizas, vino, producciones de conservas, miel, alimentos preparados y aceites vegetales. Todo lo relacionado con el riego y los invernaderos tiene un carácter estratégico. Los sectores del textil y el calzado, aunque tienen un mercado más reducido, han registrado un notable dinamismo de su demanda en los últimos años.

La estabilidad macroeconómica, las perspectivas de crecimiento y el bajo nivel de riesgo son los factores más prometedores de la economía chilena. La legislación laboral es propicia para los negocios por la flexibilidad del tiempo de trabajo y las facilidades para los despidos. A diferencia de lo que ocurre en el resto de países de Sudamérica, el Gobierno chileno no ha nacionalizado una empresa desde 1973.

Chile no subvenciona las inversiones extranjeras y no da ningún tipo de ayuda a los empresarios. El Gobierno sí que ofrece ventajas fiscales a todos los inversionistas en las zonas francas de Iquique, Arica y Punta Arenas. Además, existe un plan de promoción de inversiones en la provincia de Tierra de Fuego para las empresas mineras, de fabricación de todo tipo de productos, transporte, pesca y turismo.

Papel importante de España

Según recoge un análisis de la Oficina de Información Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores, las empresas españolas han jugado un papel importante en el desarrollo de los sectores de infraestructuras, servicios financieros, comunicaciones, agua y electricidad. Los sectores que están despertando mayor interés para la inversión son las energías renovables „solar fotovoltaica (muy demandada por las compañías mineras), eólica e hidráulica„, salud, construcción, y servicios empresariales y financieros. También hay oportunidades importantes en el ámbito ferroviario y del metro de Santiago, así como en obras públicas a través del sistema de concesiones.