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El informe

Imserso: turismo social que saca al sector del letargo otoñal

El plan estatal, que cumple tres décadas, trae esta temporada baja 216.000 pensionistas a las costas valencianas, el 19 % del total

Imserso: turismo social que saca al sector del letargo otoñal

Cada mes de septiembre, mientras los niños vuelven al cole y los padres a la oficina, cientos de miles de pensionistas hacen las maletas para despedirse de la rutina durante varios días. Cada mes de septiembre, mientras muchos empresarios del sector servicios destruyen los empleos que generaron a principios de temporada, una parte importante de la hotelería y por extensión la hostelería mantiene los contratos del personal en las zonas costeras porque no va a sufrir tanto la falta de clientes como para tener que cerrar durante el invierno. Cuando se va el veraneante, llegan los mayores, toda una salvación para el turismo que genera un negocio de más de mil millones de euros anuales en la Comunitat Valenciana.

Cada año la Comunitat Valenciana capta más de un millón de jubilados españoles y extranjeros que llegan a la autonomía con su suculenta combinación de tiempo libre e ingresos estables que el sector ha sabido transformar en nutrientes para soportar la hibernación. Arranca la temporada en la que las medias de edad hacen lo contrario que las de temperatura.

Hace unos días, el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) anunció la salida a la venta de las plazas del Programa de Turismo Social. Su unión con la C. Valenciana es íntima: desde su nacimiento en 1985, sobre todo la costa alicantina ha gestionado una enorme cantidad de sus plazas. Entre octubre y junio, Alicante se va a quedar con el 15% de los turistas.

De ahí que decir «Imserso» sea decir «Benidorm». Favorita de los usuarios del programa, este año la ciudad se quedará con casi el 10% de los 1.135.000 pensionistas que viajarán con el Imserso por todo el territorio nacional, incluidas las costas andaluzas, catalanas e insulares. Aunque también los circuitos culturales y el turismo de interior están llevando este maná otoñal al resto de autonomías. Dentro de la autonomía, la capital de la Costa Blanca se lleva 125.000 del total de 216.000 jubilados que desembarcarán en la Comunitat Valenciana entre octubre y junio, según los datos facilitados por el Ministerio de Servicios Sociales. Es el 19% del total de plazas ofertadas en España.

El movimiento de los viajeros del Imserso es el más sencillo de trazar dentro de la temporada mayor, época en la que los «seniors» -o mayores de 55 como los distingue la mercadotecnia- representan «el 80% de los clientes de la Costa Blanca», según cuenta Toni Mayor, presidente de la Asociación Empresarial Hostelera de Benidorm y Costa Blanca (Hosbec). Los datos facilitados por el ministerio sitúan al 58% de usuarios en hoteles de la ciudad de los rascacielos, a un 17% en otros municipios adscritos de la Costa Blanca (ver gráfico) y al 22% en el litoral de Valencia, concretamente en Gandia, así como en dos ciudades marineras de Castelló: Vinaròs y Peñíscola.

Con precios que permiten a cualquier pensionista mayor de 60 años disfrutar de alojamiento y pensión completa en hoteles de entre tres y cuatro estrellas durante una media de 10 días por apenas 160 euros, los viajes del Imserso tienen un éxito de demanda con poco parangón en el país. Según el informe anual del Instituto de 2015, la demanda de plazas para viajar es tres veces mayor a la oferta: se apuntan tres millones de jubilados pese a que «sólo» se pueden subvencionar las vacaciones a un millón de ellos.

La fórmula del Imserso logra atraer a clientes y proveedores por igual. Seduce a los hoteles garantizándoles que cruzarán los peores meses del año con un flujo de ingresos escueto pero constante a cambio de que marquen precios prácticamente de coste. Y se mete a los jubilados en el bolsillo al ofrecerles condiciones inmejorables „desplazamiento, pensión completa, menús especiales, asistencia sanitaria y actividades lúdicas incluidas„ a un precio irrisorio gracias a la colaboración de los establecimientos y a la aportación del Ministerio, que cubre entre un 15 y un 20% del coste de cada estancia. En total, el programa regará las costas, el interior y las islas españolas con 372 millones de euros, de los que se puede estimar que unos 55 caerán en Alicante.

Los viajes del Imserso tienen muy buena fama entre los usuarios, pero en el sector algunos hoteleros lo tratan con displicencia y otros pocos directamente lo dejan. «Algunos hoteles se han dado de baja este año porque dicen que no les compensa. Se tiran los precios y la competitividad es brutal», asegura el portavoz de los hoteleros de la Costa Blanca. Pero hay cola para formar parte de los 65 hoteles de la C. Valenciana que acogen turismo social. No en vano, «cerca de un 65% de los mayores que nos llegan en temporada baja vienen por el Imserso», mientras que el resto se reparte «entre apartamentos reglados y campings», explica Mayor.

Buena parte de los solicitantes están en la Asociación de Apartamentos Turísticos de la Costa Blanca (Aptur). Desde su sede, se mira con amargura el movimiento de personas mayores que bajan de autobuses y taxis y entran en los hoteles. «Llevamos ocho años pidiendo que se modifiquen los requisitos de acceso al programa para que los apartamentos, hostales, pensiones, viviendas turísticas y campings tengamos también derecho a subvenciones. Tenemos la mala costumbre de comer y pagar facturas», lamenta Miguel Ángel Sotillos, presidente de Aptur.

Éxito: la demanda duplica la oferta

Una reivindicación ya histórica de los alojamientos alternativos que cada vez está más lejos de materializarse. El año pasado, el Gobierno decidió reformar los criterios de participación de establecimientos en el Imserso y dio prioridad a los hoteles de tres y cuatro estrellas. Los apartamentos turísticos deben pescar en otras aguas.

También tercia la administración en el debate de la rentabilidad. Se valora el papel social del programa, pero se buscan nuevos horizontes para un sector hotelero que en la Comunitat Valenciana tiene un precio por habitación y día por debajo de otras ciudades del mismo rango: «Esta historia del Imserso que ha cubierto una etapa descansa sobre la expectativa de que el hotelero se comporte como una ONG. La rentabilidad para los empresarios es muy escasa. Y esa es una variable de la ecuación que hay que cambiar. Como modelo hemos de aspirar a un escenario más gratificante para el sector hotelero», reflexiona Francesc Colomer.

El otro lado del programa son las plazas de las que disfrutan los pensionistas valencianos. En este caso, se trata de 123.524 paquetes vacacionales: 13.836 a los de Castelló; 59.062 a los de Valencia y 50.626 a los de alicante. La cifra, en cualquier caso, se queda corta fruto de la masiva demanda de que disfruta el plan. Según la memoria del programa de 2015, el número de peticiones anual se encuentra en 355.000, prácticamente el doble de las plazas ofertadas.

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