La valenciana Ana Hernández Iranzo ha levantado la startup Spaniskype con solo veinticinco años. La empresa emergente ofrece clases de español a extranjeros a través de Skype y facilita su propio material didáctico con ebooks. La fundadora de la startup comenzó trabajando con niños japoneses mientras cursaba su Eramus en Suecia y ha ido sumando estudiantes suecos, austriacos, polacos y chinos que aprende español sin moverse de su casa. La joven trabaja actualmente desde Lovaina (Bélgica) donde además de formarse en posgrado de Negocios de la Universidad de KU Leuven organiza eventos para que los extranjeros practiquen español y consolida su startup. El proyecto empresarial de Ana Hernández tiene como objetivo crear una red de profesores por el mundo, realizar eventos vinculados al aprendizaje del idioma, preparar cursos completos online y organizar viajes anuales a España con los alumnos para que aprendan el idioma a través de la inmersión completa. Ana Hernández acaba de ganar el premio Talento Joven de Empresa que organizan Bankia y Levante-EMV.

La responsable de la firma, que estudió periodismo, explicó que todo comenzó durante su estancia en la ciudad sueca de Jonkoping. Una familia japonesa que coincidió con ella en un viaje le pidió si podía darle clases de español a través de Skype a sus hijos. La joven emprendedora conectaba dos veces por semana con la familia japonesa a las ocho de la mañana por la diferencia horaria para impartir las clases y la experiencia fue un éxito. «En aquellas clases sobre todo hablamos y hacíamos juegos a través de las videoconferencias». Los niños aprendieron a hablar español gracias a las clases por Skype y Ana Hernández se dio cuenta de que había un nicho de mercado que podía cubrir con la aplicación de internet. Por este motivo, decidió estudiar un master de Educación y se especializó con una tesis sobre los entornos de aprendizaje digital.

La fundadora de Spaniskype se ha instalado ahora en Lovaina con el objetivo de captar clientes. «El español se ha puesto muy de moda. Muchas personas quieren aprender el idioma, pero tienen el problema de que no están en contacto con nadie con quien practicar. Gracias a las videoconferencias se pueden dar clases colectivas», apuntó.

La fundadora de la startup trabaja ahora en los libros electrónicos que la empresa utiliza como apoyo para dar clases de español a extranjeros. «Recopilo toda la información para los ebooks con material de audio y vídeo. El manual contiene vocabulario, ejercicios y gramática para aprender español», indicó. La startup de Ana Hernández tiene actualmente clientes de Bélgica, Alemania, Polonia, China, Japón y Estados Unidos. «Los europeos están muy interesados en aprender español porque les gusta Málaga, Alicante y Valencia por sus playas. Para ellos les resulta muy barato y atractivo España y quieren venir. Yo que ahora vivo en Bélgica lo entiendo. El tiempo y las relaciones son bastantes fríos. Yo antes no era consciente de esto, pero me he dado cuenta de que hay una gran oportunidad con la enseñanza de español para extranjeros», destacó la fundadora de Spaniskype.

La empresa emergente adapta las clases en función de las necesidades de cada alumno. «La mayoría de los alumnos tiene un buen nivel de gramática del español, pero su problema es que no lo pueden practicar en su día a día. Muchos contratan dos horas a la semana y consiguen grandes avances». El precio de una hora de clase ronda entre los quince o veinte euros en función de los paquetes que compre el cliente. La clases de grupo tienen un máximo de cuatro alumnos.