La bahía de San Francisco concentra el 35 % de la inversión mundial en startups, pero allí compiten miles de emprendedores de todo el mundo y la rivalidad por captar a los inversores es feroz. El profesor de la Universitat de València Isidre March ha analizado a fondo sobre el terreno la evolución de las startups españolas y advierte de las dificultades para salir adelante. En Silicon Valley hay un centenar de startups españolas. March ha comprobado tras entrevistar a los emprendedores españoles que en Silicon Valley «imperan unas reglas del juego muy distintas a las de España, que implican aceptar que las empresas son de vida efímera. Han de triunfar pronto o desaparecer. Los tiempos son muy cortos y los inversores muy impacientes. Las desinversiones y los exits no se producen a los 5 o 7 años como en España sino al cabo de uno o dos años como mucho». El profesor publica gratis en internet la novela empresarial «Elegidos o atrapados» en la que con formato de ficción desgrana las claves para emprender en Silicon Valley. El libro se puede descargar en la plataforma innovaavant.com.

Isidre March entrevistó en San Francisco a la mitad de los cien emprendedores españoles que está tratando de hacerse un hueco en el ecosistema de Silicon Valley. «La gran mayoría de los emprendedores valencianos son experimentados y ambiciosos. Tienen un promedio de edad de 36 años y el mercado español se les queda pequeño. Acuden a Silicon Valley en busca de una importante inyección de capital que acelere su crecimiento y los catapulte a una venta multimillonaria, pero muy pocos lo han conseguido hasta el momento». Isidre March insiste en que el gran problema es el choque cultural. «La cultura, valores, comportamientos y rutinas son muy diferentes y suelen descolocar a nuestros emprendedores cuando llegan. Aunque con matices, la igualdad de oportunidades y la meritocracia son los valores que imperan en Silicon Valley. La accesibilidad y el entusiasmo por ser el próximo Facebook o Google contagian pronto a todos los que llegan».

Isidre March destacó que del centenar de startups españolas que se han instalado en Silicon Valley solo «tres o cuatro se han vendido por cincuenta millones de dólares o tienen una valoración de más de cien millones. Un ejemplo de éxito es la empresa de ciberseguridad AlienVault de Julio Casal». La valenciana que más ha destacado es Montse Medina, una ingeniera aeronáutica doctorada en Stanford que ha triunfado con la empresa Jetlore (una startup que mejora el marketing electrónico a través de la inteligencia artificial).

Los contactos son esenciales para triunfar en San Francisco. «Aunque asistir a multitud asistir a multitud de presentaciones y eventos es sencillo, lo realmente difícil es acceder a los contactos de primer nivel que son los que abren las puertas a los inversores potentes», asegura Isidre March.

Medio millón de euros

El profesor de la Universitat de València subraya que es esencial estar muy preparado y con un respaldo de al menos de medio millón de euros para dar el salto a Silicon Valley y tener colchón para aguantar por lo menos un año. «Hay que implantarse en Silicon Valley solo cuando ya se posee un producto, plataforma o servicio prácticamente acabado y listo para mostrar y colocar en Estados Unidos. Es necesario contar con suficiente músculo financiero para aguantar al menos un año porque los resultados en forma de ronda de inversión o de facturación no llegarán antes». March incide en que «Silicon Valley implica jugar en la Premier League y hay que entrenar y prepararse para disputar la partida en una liga tan exigente. Allí se triunfa a lo grande, es una apuesta a todo o nada. Experiencia, preparación, innovación disruptiva y, sobre todo, abrazar pronto los valores y la cultura de Silicon Valley es fundamental para tener opciones. Hay que americanizarse y desespañolizarse lo antes posible».