Pocos sectores económicos son tan fulgurantes como el de las tecnologías de la información. Un buen proyecto empresarial -si el trabajo y la suerte le acompañan- tiende a despegar rápido. Un claro ejemplo de ello es la firma valenciana Nunsys, que en solo una década de vida ha iniciado ya la ruta del exterior. Desde la prudencia. La compañía especializada en proyectos de comunicaciones, sistemas, software y formación nació formalmente en 2007, aunque no inició su actividad formal hasta un año más tarde. Fueron cinco ingenieros en tecnologías de la información y la comunicación (TIC) los que advirtieron «que había un nicho de mercado que no estaba cubierto en la Comunitat Valenciana, el de socio tecnológico de empresas medianas y grandes», y se lanzaron a esa aventura, según recordaba esta semana Paco Gavilán, uno de los integrantes de aquel quinteto que ahora es el presidente de la compañía y ostenta el 72 % del capital. Los otros cuatro cofundadores se reparten el 28 % restante de la compañía, donde siguen trabajando. Los cinco compartían amistad y, en algún caso, llegaron a trabajar juntos en aquella época en la que las operadoras telefónicas empezaban a instalar la banda ancha.

Eso fue antes de Nunsys. Gavilán explica la existencia de aquel nicho de mercado porque las grandes firmas contaban con sus propios departamentos mientras que las microempresas y los autónomos tenían el servicio cubierto a través de las grandes operadoras. Asimismo, desde su sector, o había firmas muy grandes del tipo Indra u otras muy pequeñas y muy especializadas en un campo concreto de las tecnologías. Lo que no «existía era el concepto Nunsys, con muchas capacidades y la flexibilidad que necesitan los empresarios», singularmente aquellos que se mueven en una facturación de entre los 100 y los 500 millones de euros, que son a los que se dirige la firma valenciana como socia tecnológica, asegura Gavilán. El cofundador añade que «nuestro hecho diferencial fue ganar tamaño rápido» a través de dos vías: la adquisición de pequeñas firmas especializadas y mediante la contratación de personal muy brillante y cualificado en alguna parcela. A resultas de esa política, la compañía ha logrado situar su plantilla en solo una década en más de 350 trabajadores, de los cuales más de 200 son ingenieros. Todo un logro, en especial si tenemos en cuenta que en sus orígenes solo tenía cinco empleados: los fundadores. El año pasado, Nunsys logró una facturación de 25 millones de euros. El anterior, las ventas ascendieron a los 18,3. Gavilán asegura que el negocio está creciendo por encima del 20 % en los últimos cinco años.

En este tiempo, la compañía se ha expandido por buena parte del territorio español, donde ahora cuenta con delegaciones en Sevilla, Málaga, Madrid, Castelló, Alicante, Albacete, Tarragona, Murcia, Ontinyent, Palma y Valladolid, entre otras. Desde finales del año pasado también está presente en Barcelona, una presencia propiciada por una de sus vías de crecimiento: la compra de dos empresas. Una de ellas es de Industria 4.0 (planificación de la producción) y la otra está especializada en software de gestión comercial. También en ese 2017, pero a principios de ejercicio, la firma adquirió otras dos mercantiles, una de ellas especializada en big data y la otra, «una de las primeras que se fundaron en la Comunitat Valenciana», según Gavilán. En años anteriores, compró sendas mercantiles, en 2013 y 2015, centradas en la formación tecnológica, dado que, conforme crecía la compañía, se hacía más necesario disponer de herramientas para formar a los propios empleados y a los de las empresas que habían comprado sus productos o servicios.

Para 2018, los planes de Nunsys pasan de manera especial por afianzar la empresa en Cataluña. El propio Gavilán admite lo paradójico del asunto vista la deriva independentista de aquella autonomía, pero el cofundador de Nunsys cree que «es una oportunidad excelente porque nuestras capacidades son muy válidas para el empresario industrial que abunda allí y que es con el que trabajamos». Y es que la compañía ha ampliado sobremanera su cartera de clientes desde que les ofrece productos desarrollados por ella misma, además «del asesoramiento para que el empresario tenga la tecnología más adecuada». Así, la firma da ahora servicio a grandes empresas como Ford, Gas Natural, la Generalitat, el puerto de València o Arcelor Mittal, que «no nos contratan como socios tecnológicos, sino por servicios concretos en los que somos pioneros en Europa en algunos casos».

El año pasado, Nunsys inició también su aventura en el exterior. Abrió delegación en Perú, donde cuenta con dos empleados. ¿Por qué allí? Pues Gavilán admite que el motivo no es otro que «haber conocido al delegado adecuado. Si hubiera sido colombiano, habríamos abierto en Colombia». Ahora, la compañía esperará a ver cómo evoluciona el negocio en el país andino antes de tomar la decisión de expandirse a otro país. «Somos prudentes», concluye Gavilán. Y es que la velocidad no está reñida con la templanza.