En los grandes partidos, Álvaro Negredo se siente cómodo. Los focos y el protagonismo no le asustan. Es más, le motivan. En su quinta participación en Europa, el delantero no descarta nada. La derrota ante el Zenit no frena su ambición. Cree que aún queda mucho camino por recorrer y que el Valencia debe seguir pensando en quedar «lo más arriba posible». Ante el Olympique de Lyon el Valencia tiene que ganar «sí o sí». Ya lo ha hecho una vez y, en esa campaña, llegó a la final de la Liga de Campeones. El precedente ahí está. Aquel encuentro se disputó en Gerland el 17 de octubre de 2000 y los goles del Valencia los marcaron Juan Sánchez y Rubén Baraja, mientras que Marlet redujo diferencias en último minuto de juego (1-2). Con aquella victoria, el Valencia se aseguraba matemáticamente su clasificación para la segunda fase de la Liga de Campeones. Mañana Negredo buscará escribir su nombre en la historia del club. Todo apunta a que será titular. Al menos eso se desprende de lo trabajado en el último entrenamiento. Nuno volverá al 4-3-3.

El luso confeccionó un once, que se elaboraba de un puzzle de tres equipos, compuesto por Cancelo, Mustafi, Abdennour y Orban en defensa. En el centro del campo, el técnico apostaría por un trivote compuesto por Fuego, Enzo y Parejo con Feghouli a la derecha y Piatti en la izquierda, y Negredo como único punta.

«Necesitamos ganar para que cambie la dinámica», compartía el delantero que completa su quinta experiencia en Europa. Con el Sevilla compitió un año en la Liga de Campeones y dos en la Liga Europa; con el Manchester City una en la Liga de Campeones y ahora repite con el Valencia. Su gol ante el Mónaco fue el que certificó el pase a la fase de grupos. En Francia, el delantero busca ahora ayudar a encauzar al Valencia en el torneo. La experiencia indica que, perder el primer partido, no impide la clasificación para la siguiente ronda de la competición. «A pesar de no haber empezado bien por la derrota en casa ante el Zenit, tenemos tiempo de corregir la situación y clasificarnos para octavos de final de la Liga de Campeones», afirmaba. «Todavía hay que jugar el partido de vuelta contra el Zenit y puede pasar cualquier cosa», incidía. «Estamos muy ilusionados», apuntaba mientras se le iluminaban los ojos. «En la Champions puede pasar cualquier cosa. Es una competición diferente y muy bonita de jugar», lanza mientras en la Ciudad Deportiva descarga una gran tormenta de lluvia y aparato eléctrico. «Vamos a Lyon a ganar», ambiciona. El vallecano está convencido que la sequía goleadora que afecta a los puntas acabará pronto. «Cuando los delanteros encajemos el puzzle nos hincharemos a marcar», aventuraba. «Llegamos mucho pero no terminamos de concretar las jugadas a pesar de que tenemos buenos jugadores a la hora de centrar y rematar», valoraba. Para el delantero, para funcionar bien, la confianza es clave y esta sólo se adquiere, a nivel grupal, con los buenos resultados e individual sumando goles.

Negredo que considera que el Lyon es un rival «muy poderoso físicamente» es muy optimista de cara a un partido al que el equipo local llega tras perder con el Girondins de Burdeos. «Tenemos nuestras bazas y debemos pensar más en nosotros mismos que en el rival. Sabemos que es un partido muy complicado en el que tenemos que dar el cien por cien para conseguir los puntos», argumentaba.

El delantero, que como Alcácer está alternando la suplencia con la titularidad, admite que el equipo no ha empezado la temporada con buen pie, aunque «desea» cambiar la dinámica «cuanto antes» y encadenar la segunda victoria. Negredo, uno de los más veteranos del equipo, cree que sólo hilvanando triunfos se tranquilizará el ambiente negativo „en particular los pitos a Nuno„ que rodea al equipo cuando juega en Mestalla. Si se gana al Lyon y al Athletic en Liga, el parón será bienvenido y permitirá trabajar con más serenidad. «Van a ser dos partidos muy complicados, pero si conseguimos buenas sensaciones, la gente cambiará un poco el chip y se meterá en la dinámica que queremos, que es la de ir todos a una», reflexionaba.