El fútbol es un deporte imprevisible. Bien lo sabe el Valencia, que anoche pasó de estar al borde de un ataque de nervios a retirarse al vestuario con una solvente victoria en el marcador. Un resultado tan engañoso que no liberó al entrenador del equipo, Nuno Espirito Santo, de la ira de la afición. Fue la reacción a un juego impersonal, repleto de dudas, del que no sacó provecho el Levante UD por una imperdonable falta de pegada. El calamitoso espectáculo al que asistió Mestalla durante más de una hora se cerró con un penalti que abrió un final de duelo totalmente diferente. A partir de ahí, se mostró infalible cuando las circunstancias le eran favorables y cerró la tarde con un golazo de Bakkali, el último descubrimiento de Mestalla. El belga puso fin a un mal partido para el Valencia con una acción por la que vale la pena pagar media entrada. A falta de buen juego, a ese tipo de consuelos debe aferrarse la gente del Valencia a estas alturas de temporada.

Las cifras de posesión a la media hora de partido „60 por ciento para el Valencia; 40 para el Levante UD„ decían realmente muy poco de lo que estaba pasando en Mestalla. Mostraba mucha más presencia el bando azulgrana que el blanquinegro, estéril con el balón en los pies. Un dato: Alcácer no llegó a disfrutar de un balón, algún regalo para el remate, hasta el minuto 42. Sucedió en la primera jugada verdaderamente combinativa del Valencia.

Durante muchos minutos, el Levante UD fue un conjunto más vertical, más poderoso en la llegada. Morales, Roger y Rubén abrieron rápidamente vías de acceso hacia la portería de Jaume. Lo pasó mal la defensa valencianista en el primer tiempo. La inédita pareja de centrales Vezo-Santos sufrió al principio. El pasillo con el que Morales se abrió paso en el despegue del partido hasta Jaume evidenciaba que ambas piezas no estaban bien encajadas. Es normal. Vezo había aparecido, hasta ahora, como un cuerpo extraño en la zaga.

Sobre el campo se disputaba la jerarquía momentánea del juego. A ver quién era capaz de hacer más daño. Paradoja: los dos primeros remates del Valencia entre los tres palos fueron dentro de la portería. Ambos, eso sí, en fuera de juego. Los dos muy claros. Indiscutibles.

Al Valencia le venía grande el campo cuando tenía que defender, sobre todo por la verticalidad y profundidad de Morales y Rubén, y en cambio las pocas veces que llegaba, muy pocas, lo hacía con claridad. Gayà tuvo mucha culpa. Fue el más incisivo, en un duelo muy interesante con Pedro López y, también, con David Navarro, que salía de vez en cuando a su encuentro. Menos afortunado estuvo Piatti, que volvió a dejar muestras de su precariedad ofensiva. El rehabilitado Pedro López le ganó la partida. Que el argentino se fuese a la ducha en el descanso por Bakkali es significativo.

Bakkali estaba llamado a lanzar al Valencia en la reanudación, un equipo necesitado de chispa ¿André Gomes? Se mostró intermitente. Alcácer esperó impaciente algún pase entrelíneas. Excesivamente estático, el Valencia se limitaba a practicar un fútbol más o menos racional, pero poco atrevido, interesado especialmente en no conceder ocasiones. Un plomazo de juego que encontró la respuesta en la grada a los 8 minutos de la segunda parte: El grito al unísono de «Nuno, vete ya».Apenas cinco minutos después, el público dedicó otro concierto al entrenador: «Negredo, Negredo», reclamaba el personal. Un peligroso cóctel acústico para los oídos de Layhoon y todo el equipo de Singapur. Los nervios de la grada se reflejaron con virulencia sobre el césped. La gestión del juego era un desastre, con continuas imprecisiones que sacaron al público de quicio.

Hasta que llegó la jugada del penalti, iniciada en un disparo seco de André Gomes. Al rechace se presentó Feghouli y a él acudió el portero Rubén para derribarlo. Alcácer, liberado esta vez para lanzar el penalti por la ausencia de Parejo, cambió el devenir del partido con el gol. La noche se transformó totalmente en Mestalla. Sólo replicó una vez el Levante UD, con un chut de Morales, antes de que el equipo de Nuno rompiera totalmente el encuentro. Apareció Alcácer en la acción del segundo gol, levantando el balón ante Rubén, que terminó empujando Feghouli.

Luego llegó el golazo de Bakkali, que cerró un marcador abultado. Tiene buenos futbolistas el Valencia, no hay duda. Pero de juego, en cambio, anda más bien escaso