Todos los estamentos del Valencia CF se unieron anoche para escenificar una demostración de fuerza y militancia ante la honda crisis que está sufriendo el equipo. Kim Koh, Suso García Pitarch, Pako Ayestarán, veteranos como Arias y Camarasa, la Fundación, el Pequeño Accionista y la Curva Nord posaron, con el fondo formado por las bufandas de la senyera de los peñistas, en un acto que fue ganando en emotividad conforme avanzaron los minutos y del que el valencianismo salió con la autoestima más reforzada.

«Es el momento de estar unidos», como exclamó el director deportivo García Pitarch, con la mirada vidriosa al evocar los recuerdos de su padre, la primera personas que le llevó a Mestalla. «Hay que creer en nosotros», afirmó con contundencia el entrenador Ayestarán, que apeló a la responsabilidad y a la valentía. El técnico sorprendió al afirmar que se toma el delicado trance del Valencia como un reto que se puede afrontar de modo optimista: «Mientras todo el mundo quiere que este momento pase rápido, yo creo que hay que disfrutarlo. Hay que actuar. No he venido aquí a padecer».

El entrenador aseguró que entiende «la frustración de soportar una temporada que nadie deseaba», pero que se está en el camino correcto ya que «para cambiar una realidad primero hay que aceptarla. Hay que compartir éxitos y fracasos ¿Cuál es la solución? Hay que creer en los jugadores. En los momentos más difíciles se demuestran los valores». Antes de excusarse y abandonar la cena pre-partido de la Agrupación „ «quiero ver el partido del Sevilla»„, Ayestarán recordó que «clubes como el Valencia, o el Liverpool, son maquinaria pesada que a veces cuesta moverlas» pero que «con trabajo y compromiso vamos a salir seguro».

Fue entonces cuando García Pitarch tomó la palabra, en valenciano, y con espontaneidad realizó un discurso de alto voltaje emocional. Desveló que, esa misma tarde, revisó un documental con motivo del 90 aniversario del club, que le hizo recordar a su padre inculcándole el valencianismo hablándole del gran Puchades. Suso sacó en ese momento un papel y leyó los nombres de jugadores, técnicos y empleados de distintas épocas, algunos ya ausentes y enumerados todos sin orden cronológico, mientras su voz se iba resquebrajando poco a poco.

A continuación, García Pitarch rompió el protocolo y accedió a contestar a cinco preguntas entre los dos centenares de peñistas presentes. Cuando se le cuestionó sobre las causas de la desastrosa campaña del Valencia, apeló a las vivas urgencias del presente: «Quedan siete partidos y solo puedo manifestar mi apoyo a jugadores y al entrenador, que son quienes deben sacarlo. No es la hora de pasar facturas y de buscar culpables. La desunión nos hace débiles».

¿Una ayuda del Barça?

La anécdota de la noche vino cuando la peña de Tortosa preguntó a García Pitarch si su buena relación con Robert Fernández, director deportivo del Barcelona, podría traducirse en fichajes: «Si necesitamos algo del Barcelona, Robert seguro que nos ayudará». Todo un guante cuando suenan Bartra y Halilovic como refuerzos.