La continuidad de Guillherme Siqueira en el Valencia, la próxima temporada, depende ahora mismo más del tobillo del futbolista que de su rendimiento. El club de Mestalla está muy satisfecho con las actuaciones del lateral brasileño, que refrendó su evolución con un gol en el Camp Nou. Velocidad, técnica y criterio para subir la banda son las tres virtudes que le han encumbrado en las últimas semanas. Sus problemas físicos son su lastre.

Siqueira abandonó el terreno de juego, el pasado miércoles ante el Eibar, a los 11 minutos de empezar el partido. Sintió un fuerte dolor en un tobillo, su punto débil a causa de unas calcificaciones que sufre en la zona. La molestia no le deja estar al máximo de sus facultades. El lateral zurdo fue examinado ayer para averiguar si su dolencia se había agravado, pero no es así. Las pruebas a las que fue sometido descartan una lesión grave y confirmaron que el fuerte dolor que sufrió sobre el césped se debió a unos reflejos de su lesión crónica en el tobillo. Salvo sorpresas, estará disponible para jugar el domingo en Getafe.

Siqueira está cedido por el Atlético de Madrid hasta final de temporada, club con el que tiene contrato hasta junio de 2018. El Valencia se plantea seriamente su continuidad y para ello debería hacer frente a la opción de una nueva cesión.

Siqueira se ha convertido en el lateral zurdo titular del Valencia por la lesión de Gayà. Si el brasileño no llegase a tiempo para el partido del domingo en el Coliseum Alfonso Pérez, el entrenador del Valencia, Pako Ayestarán, podría recurrir a João Cancelo, que ya sabe lo que es jugar de lateral izquierdo. El portugués, además, viene lanzado tras su partido ante el Eibar.