El partido de ayer en Mestalla fue uno de los más accidentados Valencia-Barcelona que se recuerdan y quedó marcado por las lesiones de José Luis Gayà y Andrés Iniesta en la primera mitad. El lateral de Pedreguer notó un pinchazo en los isquiotibiales después de lanzarse a intentar evitar una clara ocasión barcelonista. En espera de más pruebas, el periodo de baja podría ser de unos 15 días.

En el semblante de Gayà se podía adivinar la frustración por este nuevo contratiempo. Esta temporada parecía que el joven carrilero había dejado atrás el rosario de lesiones que lo había perseguido durante la campaña anterior y gozaba de una mayor regularidad física. La lesión caprichosamente vuelve a producirse durante la primera mitad de un encuentro, tal como sucedió con anteriores dolencias. Prandelli se queda sin laterales zurdos ya que Siqueira sigue en el dique seco. Ayer probó a Abdennour, desubicado pero zurdo. Cumplió defensivamente. La otra opción pasa por promocionar a Lato desde el filial.

La dolencia del capitán barcelonista ya parecía grave desde un primer momento, a tenor de sus propios gestos de dolor en el césped. La primera estimación del club azulgrana, a falta de confirmación, apuntaba a un mínimo de dos meses y medio de baja. Iniesta sufriría una lesión parcial del ligamento lateral externo y de la cápsula posterior de la rodilla derecha, después del encontronazo con Enzo Pérez. La acción del centrocampista argentino revestía contundencia aunque primero llegase a tocar el balón. Luis Enrique afeó con gritos a Enzo el ímpetu con el que se lanzó a por Iniesta, que se perderá lo que queda de competición en 2016.