El Valencia tiene una complicada papeleta con Dani Parejo. Las necesidades financieras del club y el cansancio acumulado por el centrocampista madrileño en su larga etapa en el club, casi siempre en el ojo del huracán, entran en fricción con otros aspectos que invitan a su continuidad en la entidad. A sus 28 años, el jugador de Coslada se encuentra en uno de los mejores momentos de su carrera. Ha mejorado su nivel al lado de jugadores como Carlos Soler, de un perfil técnico parecido, y la posible llegada de Quique Setién juega a favor en su manera de ver el fútbol.

El técnico cántabro ha consultado al club si Parejo continuará la próxima campaña, y la respuesta no ha sido concluyente. No se le ha garantizado que no sea traspasado.

En la balanza a favor de la venta entran varios factores. Por un lado, la necesidad de ingresos, después de vender a casi todas las estrellas el pasado verano, coloca a Parejo en primera línea para cambiar de club. Además, su sueldo es uno de los más elevados de la plantilla (2´5 millones limpios al año), con un contrato largo, que expira en 2020. También conviene valorar el desgaste que arrastra Parejo como valencianista, que invita al fin de ciclo. En los últimos años se le ha colocado en el mercado, y queda fresco su enfrentamiento con el club en la pasada pretemporada, cuando quiso forzar su salida al Sevilla, se declaró en rebeldía y fue apartado durante varios entrenamientos, con duras declaraciones de García Pitarch sobre su profesionalidad.

La oferta sevillista no satisfacía y la complicación de encontrar un sustituto a su altura, acabó abortando su salida. En esta ocasión, el Valencia sí tendría en el castellonense del Málaga, Pablo Fornals, un futbolista que se adaptase para recoger el testigo de Parejo y formar, junto a Soler, la medular del futuro del equipo.