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Guerra declarada entre el concejal de Alumbrado, Juan Vicente Jurado, y la concejala socialista Carmina del Río. Ambos se embroncaron ayer a la entrada del pleno extraordinario en el que se votaba el plan Confianza por "un quítame de ahí esas farolas". Del Río estaba visiblemente molesta por las declaraciones realizadas por Jurado a este diario en las que mantiene que ella que tanto le critica por el derroche en puntos de luz le había pedido en alguna ocasión que le pusiera farolas en su barrio. "¿Cúando te he pedido yo que me pongas farolas en mi calle?", le preguntó del Río a Jurado al cruzarse con él en la entrada al hemiciclo.

El delegado de Alumbrado, aún sin perder la sonrisa aparentemente conciliadora, mantuvo que sí se lo había pedido, pero no atinó a concretar. "No mientas", le cortó la concejala de la oposición. "Jamás te he pedido que me pongas farolas porque con la iluminación que hay en mi calle se puede hacer punto de cruz". La concejala, que vive en el entorno de Blasco Ibáñez, conminó a Jurado a revisar la fecha en la que se cambiaron las farolas de su calle. La discusión en los pasillos se prolongó varios minutos.

Al parecer el origen del malicioso comentario de Jurado está en la petición informal que le hizo uno de los asesores del grupo socialista quien le dijo que iba a presentar una moción para que pusera farolas en Benimaclet. Jurado le respondió que no hacía falta presentar una moción, que él enviaría a los operarios de la delegación a mejorar la iluminación de Benimaclet. Un comentario que en cualquier caso denota cierto e inapropiado grado de compadreo.

"Es lo más retrógrado"

"Ya que tanto insiste le voy a pedir que estudie la regulación del nivel de iluminación de las farolas de mi calle porque creo que exceden el nivel de iluminación fijado para el alumbrado público, y si puedo evitarlo, mejor no derrochar ni contaminar tanto", anunció tras el pleno la concejala de la oposición.

Del Río criticó ayer la gestión de Jurado, durante la cual se ha duplicado el número de puntos de luz de la ciudad. Dijo que su manera de gestionar el alumbrado público "es lo más retrógrado que se puede ver en toda España". "Derrocha, contamina y emite innecesariamente gases de efecto invernadero, ser líder en contaminación lumínica sin duda nos cuesta mucho dinero a los valencianos. Lástima, podría emplearse mejor ese dinero", zanjó del Río.