Las naves de madera del complejo químico de la Cros, en la avenida de Francia, han renacido de sus cenizas. Tras años sufriendo expolio y agonizando por falta de inversión, el Ayuntamiento de Valencia ha salvado "in extremis" a través del planE uno de los dos edificios de madera protegidos, La imponente nave de madera restaurada se destinará a centro deportivo de gestión privada. La segunda fase de la intervención, adjudicada por 4,6 millones de euros a la empresa Cleop, ha entrado en la recta final. En junio de 2011 este polideportivo ubicado en una de las avenidas más exclusivas de la ciudad estará acabado.

La jardinería, las barreras vegetales y la integración de la arquitectura en el paisaje son clave. La idea, explicó un portavoz de la Concejalía de Deportes, es "que la gente tenga la sensación de que entra a un parque y dentro de ese parque tiene dotaciones deportivas". El único edificio que destacará, explican los ingenieros de Cleop, serán las naves rehabilitadas que, además, tendrán iluminación nocturna monumental.

El ahorro de energía es uno de los principales quebraderos de cabeza para los gestores de piscinas cubiertas. En la de las naves de la Cros se ha optado por un sistema de iluminación natural a través de dos patios ingleses que permitirá ahorrar energía. Los ingenieros también han instalado un sistema de ventilación natural para el edificio exento que albergará la piscina. La cota de esta construcción semisoterrada es de 830 metros, inferior a la de las naves. Desde la piscina se podrá ver el futuro barrio del Grao.

Como ocurre en el mercado modernista de Colón, la estructura de madera de las naves no puede cerrarse. La cafetería y las tiendas que en un futuro se instalen se ubicarán en módulos de cristal.

Cleop también ejecutó la primera fase de la intervención: la de rehabilitación. Quizás la más complicada. Inicialmente se iban a salvar las dos naves pero por su mal estado sólo se pudo conservar una aprovechando las vigas de la otra. Aún así no hubo suficiente para el revestimiento exterior que es de madera de pino nueva. Antes de rehacer la nave, se hicieron meticulosas pruebas -"resistografías"- a la madera y se aplicaron tratamientos contra las termitas. De modo preventivo, en la base de los pilares de madera se han puesto piezas de hierro para cortar el posible paso de xilófagos.

El nuevo polideportivo tendrá once pistas de "paddle", un deporte muy en boga, y serán las instalaciones de este tipo más grandes de la ciudad. La cancha central de pádel tendrá una grada fija para 200 espectadores e iluminación con objeto de poder albergar torneos. Las tarifas del polideportivo se regirán por los precios públicos del Ayuntamiento de Valencia. Alquilar la pista de "paddle" costará entre 9 y 10 euros, un precio muy por debajo del que tienen los polideportivos privados, que ya se han quejado de la competencia.

Con el de las naves de la Cros son cinco los polideportivos que se han construido en la ciudad aprovechando edificios antiguos. Abastos, la Petxina, el Carmen y el Cabanyal son los otros.

Un hogar perfecto para las palomas

Las naves de la Cros - 4.000 m2 de madera de pino tratada contra el fuego, las termitas, la humedad y el sol- todavía no han sido inauguradas y ya tienen a sus primeros moradores. Son las palomas. Estas aves, convertidas en plaga urbana por su elevada población, han encontrado en el entramado de vigas y cerchas de las naves un hábitat ideal. La consecuencia es que los corrosivos excrementos de las aves ya empiezan a acumularse por el suelo y amenazan la conservación del edificio. La solución para ahuyentar a las palomas, será colocar una red en el techo que impedirá que las aves se posen en los recovecos. La red permitirá ver la estructura de madera y al mismo tiempo la protegerá. La fórmula ya se ha utilizado en otros edificios abiertos como los tinglados modernistas del puerto de Valencia. Durante la celebración de la Copa del América se tuvo que recurrir a este método para evitar la proliferación de las palomas.