David Arráez

valencia

El nombre de "electrodoméstico vampiro" puede parecer divertido pero no lo es en absoluto. Existen en todos los hogares, y son uno de los más fieles generadores de ingresos de las compañías eléctricas.

La jugada es sencilla. Tan buena para las eléctricas como perjudicial para el bolsillo. Poco a poco las casas se llenan de electrodomésticos y aparatos electrónicos que van haciendo la vida más fácil... y también más cara. Televisores, reproductores de DVD, ordenadores, teléfonos inalámbricos, impresoras, despertadores, cafeteras... ¿Quién no tiene en casa varios de estos aparatos eléctricos? Y aunque está asumido que esta nueva dolce vita eléctrica tiene un precio -¡y menudo precio!-, no todo el mundo sabe que la mayoría de estos aparatos sigue "chupando" electricidad incluso cuando está apagado, cuando está en reposo.

A pesar de esto la evolución de las diferentes tecnologías lleva consigo una evolución inversa del consumo energético. Por poner un ejemplo, un moderno televisor con pantalla LED gasta mucha menos electricidad que uno LCD -también de pantalla plana pero con algunos años más-. Y ni que decir tiene que los antiguos televisores de tubo catódico -esos que parecían armarios roperos- eran los reyes del despilfarro del kilovatio.

Pero aunque el consumo mientras funcionan se va reduciendo, llama la atención que no se consiga reducir a cero el gasto cuando están "apagados". Y es que muy apagados no deben estar cuando un monitor de ordenador gasta más de un euro al año en electricidad o cuando la impresora "succiona" casi siete euros más de la cuenta corriente mientras "no funciona".

La factura eléctrica puede llegar a incrementarse en más de 50 euros al año por el mero hecho de tener muchos "electrodomésticos vampiro".

Pequeños gestos

Conseguir un buen ahorro es cuestión de pequeños gestos. Empezando por apagar el televisor desde su interruptor, y no desde el mando a distancia. Un ordenador en reposo puede llegar a salir caro. Lo mismo se puede decir de la impresora.

Es cierto que muchos de estos electrodomésticos no se van a apagar cada noche -como por ejemplo el despertador o el router del ADSL- pero sí se pueden desenchufar en periodos de vacaciones. ¿Alguien ha pensado en desconectar el despertador cuando se va de viaje por un largo periodo de tiempo? Seguro que no. Igual que tampoco es usual desconectar el teléfono inalámbrico o la moderna cafetera que tanto gusta y que trajo a casa George Clooney. Pero hay que recordar que "tacita a tacita...".

Grandes medidas

Y si tras hacer esos pequeños gestos se quiere seguir ahorrando, pero esta vez a lo grande, la propia industria electrónica ofrece diferentes dispositivos ideales para que la factura baje todavía más. Bombillas de bajo consumo, y a pesar de ello continúa la compra de esos viejos bulbos incandescentes que consumen hasta la médula. Y lo mismo con los focos halógenos -muy habituales en cocinas-, que ya se pueden cambiar por modernos focos de tecnología LED que gastan hasta diez veces menos.

Y si uno quiere ahorrar todavía más se pueden adquirir bases de enchufes múltiples que desconectan los aparatos que no están en funcionamiento. Estas bases de enchufes utilizan un sistema inteligente gracias al cual cuando un aparato lleva apagado entre 20 y 30 minutos desconectan ese enchufe.

En un país en el que la factura eléctrica crece de forma desorbitada ya es hora de empezar a tomar cartas en el asunto, aunque sea en forma de pequeños gestos.

Un aparato para ahorrar en la factura

Belkin, una empresa californiana nacida hace poco más de 25 años, está llevando a los hogares de todo el mundo la preocupación por el medio ambiente y el ahorro energético. Entre los muchos inventos que pueden hacer la factura eléctrica algo más llevadera destaca este monitor de control de consumo energético, llamado Conserve Insight. Por menos de 30 ? se puede conocer con total exactitud no sólo cuánto gastan los electrodomésticos de casa, sino también cuánto CO2 se expulsa al medio ambiente. Ahorro para el bolsillo y para el planeta.