El concejal socialista en el Ayuntamiento de Valencia, Vicent Sarrià, anunció ayer que su grupo pedirá a la Conselleria de Cultura que rectifique el "atropello patrimonial" que según los socialistas pretende cometer el equipo de Gobierno al desproteger el "chalet de los periodistas" ubicado en la confluencia de la avenida Blasco Ibáñez con la calle Severo Ochoa para "construir un edificio de nueve alturas".Es uno de los edificios de la ciudad-jardín de Blasco Ibáñez, creados por la Asociación de la Prensa, en las décadas 20 y 30 del siglo XX.

El socialista hizo hincapié en el valor patrimonial de este inmueble, el último y único chalet de los periodistas que se conserva en ese lado de Blasco Ibáñez, obra del mismo arquitecto que concibió la Finca Roja, Enrique Viedma, que se encuentra protegido con nivel estructural por el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1988.

La revisión del catálogo del PGOU aprobada en 2008 y remitida a la Conselleria de Cultura para el pertinente dictamen previo a su aprobación definitiva contempla la descatalogación de este chalet para construir en su lugar un edificio de nueve alturas, lo que supone, para Sarrià, un "pelotazo" urbanístico que cuenta con la "complicidad" de la alcaldesa, Rita Barberá.

Sarrià recordó que su grupo presentó como alegaciones a la revisión del Plan General que se declarara este chalet Bien de Relevancia Local "precisamente para evitar la especulación" y que Barberá se comprometió entonces a mantener la protección, aunque finalmente "ha cedido una vez más a los intereses privados y especulativos" y llevará hoy a la Comisión de Urbanismo la descatalogación del chalet.

El edil socialista anunció ayer que pedirán a la Conselleria que no confirme esta desprotección y le ha advertido de que si lo hace, "el PP evidenciará su nulo respeto por el patrimonio de los valencianos y valencianas".

"Es un ejemplo único"

Sarrià lamentó de que aquel planeamiento inicial de la ciudad-jardín tan sólo quedan "el jardín central de Blasco Ibáñez, el núcleo de chalés ubicado junto al Rectorado de la Universitat de València y el que ahora se pretende derribar".

Por ello, insistió en que es "un ejemplo único que tiene valor patrimonial por sí mismo y como integrante de un conjunto que forma parte de un planeamiento urbano histórico".