La pasarela peatonal del nuevo Pont de Fusta, la que verdaderamente hace honor a ese nombre, quedó abierta ayer al público después de ser recorrida por una comitiva municipal encabezada por la alcaldesa Rita Barberá. Se trata de un pontón que discurre paralelo al nuevo puente y que tiene como principal característica estar recubierta de madera, concretamente 900 metros cuadrados de madera de teca, un material delicado de mantener para un tránsito estimado de 10.000 personas diarias (40.000 en Fallas).

La construcción de esta pasarela se enmarca dentro del proyecto de peatonalización del Puente de Serranos, cuyo coste total, recordó la alcaldesa, supera los 11 millones de euros. La obra principal es el nuevo puente destinado al tráfico rodado, que tiene tres carriles y que asumirá la circulación del ahora peatonalizado. No obstante, aprovechando las obras se ha pavimentado también la que ha pasado a llamarse la Plaza de la Crida; se han remodelado las Alameditas y se ha construido la pasarela inaugurada ayer.

El próximo paso será retirar la pasarela peatonal construida de forma provisional para permitir el tránsito de personas mientras duraban las obras.

Aceite y pistola

Respecto al mantenimiento de la pasarela de madera, el concejal de Circulación, Alfonso Novo, dijo que su coste no será muy elevado. Los técnicos precisaron después que todo lo que habrá que hacer es darle periódicamente aceite de teca, un trabajo que puede hacerse con pistola, dijeron. Las estimaciones del coste aún no se han realizado, indicó Novo.