El promotor que posee la antigua fábrica La Ceramo ha exigido al Ayuntamiento de Valencia la expropiación de los 2.400 metros cuadrados de la finca después de que no fructificaran las negociaciones que desde 2011 mantenían la Concejalía de Urbanismo y los propietarios de la parcela para trasladar una pastilla urbanizable de 500 metros cuadrados a otra zona de la ciudad, lo que habría permitido la declaración de La Ceramo como Bien de Relevancia Local. Además, podría incluso haberse firmado un convenio de cesión para que La Ceramo, calificada como equipamiento cultural, hubiera pasado a manos del ayuntamiento, que podría haber instalado en ella algún tipo de centro cultural, como reclaman los vecinos desde hace años. Será por tanto el Jurado Provincial de Expropiaciones el que decida el valor final de La Ceramo, ya que los propietarios piden el doble —3,5 millones de euros por 1.918 metros cuadrados— de lo que ofrece el consistorio —más de 1,7 millones por 1.874 metros cuadrados—.

Se trata de un varapalo económico importante para el ayuntamiento, con una deuda de en torno a los 1.000 millones de euros y que al pagar 3,5 millones por el Casino del Americano gastó, prácticamente, la partida destinada a Urbanismo en los presupuestos de 2012. A esta complicada situación económica se suma que pagar por La Ceramo equivaldría a adquirir un edificio en el que el consistorio no puede permitirse instalar ningún equipamiento cultural debido a la falta de liquidez que sufre el ayuntamiento que preside Rita Barberá. Todo esto viene dado porque la legislación valenciana incluye que, cuando se superan los cinco años de la aprobación de un plan urbanístico que prevé una dotación para la ciudad que debe ejecutarse por expropiación, es el propietario el que puede solicitar que se realice. Este periodo de tiempo ha transcurrido ampliamente.

Reclamación de los vecinos

Mientras, la declaración de La Ceramo como Bien de Relevancia Local se retrasa. La Conselleria de Cultura lo pidió en 2003, y el consistorio está a la espera de que el ente autonómico responda a la propuesta emitida por el ayuntamiento a este respecto para comenzar la tramitación del expediente que protegería el centenario edificio, que languidece en pleno corazón del barrio de Benicalap, cuyos vecinos llevan años reclamando que La Ceramo se destine a lo que se tiene que dedicar según el planeamiento. La alcaldesa Barberá ya rechazó en 2008 que la fábrica albergara, como propuso el Ministerio de Cultura, la ampliación del Museo Nacional de Cerámica y de las Artes Suntuarias González Martí. No es la única entidad que insiste en el abandono de La Ceramo. Cercle Obert de Benicalap informó ayer de que la entidad Hispania Nostra incluyó a la fábrica en la Lista Roja del Patrimonio, donde figuran inmuebles que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, y tildó esta inclusión de «soberano varapalo» a la política de gestión patrimonial del ayuntamiento.

PSPV: «Negligencia de Bellver»

El PSPV presentó, el 26 de diciembre de 2001, una moción en la Comisión de Urbanismo para reclamar que se iniciaran las gestiones necesarias para adquirir La Ceramo a través de un convenio de permuta con solares edificables. Todo esto habría podido evitarse, según denunció ayer el PSPV, si el concejal de Urbanismo, Jorge Bellver, se hubiera interesado por el tema, por el que ha sido «incapaz de preocuparse», según criticó ayer el concejal socialista Vicent Sarrià. «Serán ahora los valencianos, a través del presupuesto municipal, quienes tendrán que responden a esta nueva negligencia del gobierno municipal, que no entiende que la gestión urbanística es una potente herramienta para garantizar los intereses generales y evitar la especulación», tal como criticó ayer Sarrià. «La propuesta insiste en proteger los hornos y la fachada», indicó el edil. Este diario intentó ayer recabar la opinión del concejal de Urbanismo sin éxito.