La retirada de varios "ninots" que representaban deidades del hinduismo en la falla Ceramista Ros cuya quema fue considerada una ofensa por algunos miembros de la comunidad hindú ha reabierto el debate sobre la representación de símbolos religiosos en los monumentos falleros. Dos expertos en religiones de la Universitat de València valoraron ayer esta polémica. Para José Landete, profesor de la Facultad de Derecho especialista en Derecho Canónico, Política y Religión, las representaciones de la falla Ceramista Ros "no representarían delito porque no hay ánimo de ofensa". "De hecho los falleros las han retirado".

Landete explica que el ordenamiento jurídico protege las confesiones religiosas legalmente inscritas, como es el caso del hinduismo, y el artículo 525 del Código Penal tipifica como delito de escarnio la agresión a los símbolos religiosos siempre que se den los supuestos de publicidad y ánimo ofensivo.

Landete recordó en este sentido los casos de las caricaturas de Mahoma publicadas en la prensa francesa -y más tarde en la revista El Jueves- que provocaron un conflicto internacional. En la jurisprudencia española hay sentencias de todo tipo que "están muy condicionadas por la ideología del juez". Landete recuerda una condena del Tribunal Supremo a un programa televisivo en el que se cocinó un crucifijo.

Aunque siempre que surgen polémicas con los símbolos religiosos se habla de poner límites a la libertad de expresión, de momento, nadie se ha atrevido a hacerlo. El maestro mayor del Gremio de Artistas Falleros, José Latorre, declaró al hilo de la polémica de los "ninots" hindúes que no pensaba dar directrices a los agremiados que supusieran coartar la libertad de expresión.

En este sentido, expertos como Alberto Piñero, profesor de Sociología de la Religión de la Universitat de València, considera que "habría que alcanzar un acuerdo cultural para proteger los símbolos religiosos de la burla". A juicio de Piñero, "se haría muy bien en no someter los símbolos religiosos a actividades lúdicas que puedan entenderse como una burla". En relación a la reacción de la comisión Ceramista Ros, el sociólogo consideró que los falleros "han optado por la pruedencia y han retirado los símbolos aunque quien los diseñó actuó con cierta frivolidad".

En España "se han hecho muchas barbaridades", señala este experto quien recuerda la controversia reciente en Málaga a raíz de un vídeo sobre una procesión organizada por un colectivo feminista el pasado 8 de marzo, día de la Mujer, en la que se sacaba a procesionar una vagina y que provocó una airada reacción de los representantes de la Iglesia. Piñero insistió en que la "libertad de expresión no puede amparar la burla y la ofensa" hacia las creencias religiosas e insistió en la necesidad de "proteger los símbolos religiosos de la burla porque en ocasiones se rebasan los límites de la libertad de expresión".