La playa de las Arenas se montó ayer en el ingenio de H. G. Wells y viajó mil años atrás, hasta los últimos estertores del siglo XI, cuando el Cid Campeador, Rodrigo Díaz de Vivar, conquistó Valencia de manos de los moros. La Agrupació de Comparses de Moros i Cristians "Marítim" representó ayer la Gesta del Mío Cid, uno de los actos más importantes de la festividad en Valencia, que se vive con mucha intensidad, como otras grandes celebraciones urbanas, en los Poblats Marítims.

Cientos de personas, muchas de ellas recién salidas del mar y con las marcas de un largo día de sol y playa en la piel, se congregaron en torno a una zona acotada en la playa de las Arenas para ver, por undécima edición consecutiva, la derrota del Cid Campeador. La historia es la que es, y la gesta representada llega hasta la muerte del héroe cristiano a las puertas del siglo XII, pero para los asistentes al acto la figura más aclamada es, como no podía ser de otra manera, la del Campeador.

Al acto le precedió el Alardo de Arcabucería, en el que una decena de combatientes moros lanzan al aire salvas de arcabuces que silencian el resto de sonidos de la playa y del mercadillo medieval, instalado con motivo de la fiesta de Moros y Cristianos en el paseo marítimo. A la medianoche las descargas de arcabuz quedaron en poco con el Festival de Pirotecnia que se disparó en la Marina Real Juan Carlos I. Para hoy queda la concentración en el campamento para ir a recoger a los capitanes al hotel Las Arenas, a las 11.45 horas; una misa en honor a San Pedro a las 12.30 horas y el desfile de gala de las Capitanías 2013 y sus respectivas Escuadras de Honores. Para poner el broche de oro a este fin de semana de celebraciones, habrá una comida de hermandad.