Q ué espectáculo, señoras y señores! Disparos como el de ayer, el de la puesta de largo fallera de la madrileño-valenciana Vulcano, emocionan. En el sector pirotécnico es sabido que me gusta mucho el estilo de José Luis Giménez Clemente: moderno y complejo. Desembarcó en la plaza del Ayuntamiento con la responsabilidad de representar a su padre, José Luis también, en su anhelado estreno en Valencia, en el reencuentro con la tierra que lo vio nacer. Tras la soberbia actuación de ayer no me extrañaría que el año que viene suba en el escalafón y dispare en fin de semana.

Inmensa Senyera incluida, la «mascletà» de ayer tuvo de todo, incluso traca valenciana inicial y un homenaje a la mítica casa Brunchú con una utilización exquisita de preciosos sonidos «antiguos» como zumbadoras y roncadoras. Para tocar la fibra, densas columnas de humos amarillos y rojos fueron coronadas con flocadas azules (pequeñas palmeras que se abren para un lado), en una gran bandera que ocupó toda la plaza.

La «mascletà» es un espectáculo recreativo y lo que importa es emocionar al público. Y Vulcano lo logró con un alucinante baile de recorridos y ritmos de explosiones por la plaza, que culminó con tal belleza y genialidad que el público arrancó a aplaudir al final del primer tercio del espectáculo. De hecho, el pirotécnico ya tenía previsto parar el disparo un instante porque esperaba que esto ocurriera. Así de seguro iba. Es de los pocos que pueden hacer esto.

Con semejante comienzo, la «mascletà» de tierra no podía ser de otra manera: fue grande, cargada, bonita y rellena. Y en su acompañamiento hizo otra monada: alternar sonidos para darle otro «toque». Quizá podría haber acompañado en el aire también la entrada al terremoto (por pedir?). Lo que sí fue meritorio es que estuviera mecanizado: conectado con mecha al resto del cuerpo de la «mascletà», asumiendo el riesgo de que se queme antes de tiempo.

Al final, con un alarde de igniciones digitalizadas subiendo al aire y truenos también automáticos en el suelo en ambos laterales de la plaza, ofreció una rúbrica despampanante y certera pero sobre todo bonita y con cabeza. Todo un fantástico estreno. Enhorabuena.