En la intimidad y embargados por una profunda tristeza. Así se despidieron ayer de Carlos Devís, el joven fallecido el pasado miércoles como consecuencia de un fatal accidente de tráfico en la Plaza Sanchis Guarner, sus familiares y amigos más allegados. Los restos mortales de Carlos, vestidor de la Mare de Déu dels Desemparats que el próximo lunes debía ayudar a sus compañeros en la Ofrenda fallera, fueron incinerados por la mañana en el crematorio municipal. Sólo unas horas después, ya por la tarde, las cenizas del joven fueron enterradas en una ceremonia privada.

Sin embargo, el recuerdo de Carlos seguirá vivo durante los dos días de la Ofrenda en la Plaza de la Virgen. Los vestidores, que desempeñarán su trabajo con total normalidad, mantienen la intención de dedicar un homenaje a Carlos y su familia. Por esa razón, los 49 compañeros de Carlos portarán brazaletes negros en sus brazos, en señal de duelo. También se ha planteado la posibilidad de colocar una fotografía suya cerca de la imagen de madera de la Virgen, aunque dependerá de la decisión que tome en este sentido Junta Central Fallera, responsable del desarrollo del acto.

Sea como sea, los vestidores pasan por momentos dolorosos debido a la repentina pérdida del joven, y aunque las lágrimas de sus familiares le dieron el último adiós ayer, la memoria de Carlos estará presente en la Ofrenda.