Tradición valenciana y «dansà» se unieron ayer a las puertas de la Basílica para bailarle a la Mare de Déu dels Desemparats en su fin de semana grande. Cientos de valencianos se congregaron para poder disfrutar de la tradicional «dansà» en la que participaron una gran cantidad de grupos de folklore así como las falleras mayores de Valencia y sus respectivas cortes de honor.

Las falleras mayores de Valencia, suelen estrenar traje confeccionado completamente de manera tradicional la noche del sábado. Para la ocasión, Carmen Sancho escogió un traje totalmente tradicional, de estilo siglo XVIII, confeccionado por la casa Marian Indumentaria. «Carmen tenía muy claro lo que quería para la ocasión», aseguró la indumentarista Marian Menéndez.

La fallera mayor de Valencia lució un corpiño con tela de espolín en color vino y dorado. «Se trata de un espolín de la madre de Carmen, de cuando fue Fallera Mayor Infantil», explicó la indumentarista. Además, el espolín era una falda antigua, que no fue posible adaptar. «Se optó por hacer un justillo. Está envarado de esparto y hecho expresamente para bailar», indicaron desde Marian Indumentaria. «Es un corpiño que me puedo poner otra vez. Quería tener la posibilidad de lucirlo más veces por el valor sentimental», aseguró Carmen Sancho, fallera mayor de Valencia.

La falda es una seda confeccionada hace más de 30 años en los telares de Rafael Catalá con el dibujo Carpio en color champán. Combina con el justillo gracias al oro envejecido por el paso de los años. Para obtener el vuelo perfecto, llevó un ahuecador, «sin aros», y una enagua con más vuelo realizada precisamente para Carmen. «Todo está pensado para que tenga una buena movilidad a la hora de bailar la ´dansà´», aseguró la indumentarista. «He intentado que sea perfecto, ya que me muevo en un ambiente desconocido. Pero hemos puesto toda la voluntad para que la gente acoja el vestido muy bien», comentó la fallera mayor de Valencia.

Carmen Sancho complementó su traje del siglo XVIII con unas puntillas de anticuario y manteletas confeccionadas por Artesanía Viana, en organza rayada, tejidas a mano en cadeneta y con dibujo de palmeras. Cuenta con gran orfebrería. Artesanía Castillo fue la encargada de cincelar a mano la peineta. El medallón de la Virgen y el aderezo es en oro viejo.

Claudia sigue la tradición

La fallera mayor infantil, como es tradicional, también estrenó ayer traje. En su caso, está confeccionado por 1700 Indumentaria Valenciana basándose en la indumentaria tradicional. Lució un justillo de dibujo geométrico en color malva y aguamarina con metal plata. Para la falda, escogieron una tela damasco de seda en color aguamarina con fondo listado y rallas plateadas. Tejido todo en los telares de Girones Vila, Claudia llevó tejidos elegidos para la ocasión.

La fallera mayor infantil llevaba, además, un pañuelo bordado en cadeneta dorada sobre batista y rematado con la misma puntilla del delantal. Estaba confeccionado de batista y puntillas incrustadas de bolillos hecho a mano. Estos complementos fueron realizados expresamente para Claudia por Artesanía Viana.

Lo completaba una caramba en hilo y encajes. Se trata de un traje completamente tradicional, pensado al detalle por los indumentaristas. El aderezo de plata con incrustaciones de nácar y perla fue obra de Art Antic. La peineta repujada a mano la realizó Castelló y Castelló. Finalmente, junto a su corte, Claudia llevó un relicario de reproducción antigua realizado a mano por Vicente Pérez.

Por su parte, la tradición también llega a las cortes de honor y todas sus integrantes estrenaron traje. La corte mayor llevó por primera vez uno confeccionado por 1700 Indumentaria Valenciana, con faldas con farfalar en indiana de algodón, con un jubón de manga larga en seda, combinado por parejas. La corte infantil también lució un traje de Josep Corts con falda oscura de seda salvaje con farfalar, manteletas de encaje y delantal de plumeti, combinado con corpiño en vivos colores por parejas.