Con la fiesta de la Mare de Déu da comienzo el mercadillo más tradicional de Valencia, el de «l´Escuraeta». Como es costumbre todos sus puestos se han instalado a los pies de la Catedral de Valencia respetando el espíritu de antaño. La tradición vuelve un año más y los productos de la treintena de puestos que conforma el mercadillo siguen fieles a los productos de toda la vida, entre los que destacan la loza, la cerámica y el barro cocido.

Aunque los comerciantes aseguran que ya no se vende demasiado, los clientes que se acercaron ayer a la plaza la Reina sucumbián a la costumbre familiar de llevarse a casa algún recuerdo, muchos de ellos con la imagen de la Mare de Déu.

«Si la pequeña de la casa es niña, hay que comprarle "l´escuraeta" completa», afirmó Liliana Capó, una de las muchas clientas. Otros destacan que la cuestión es «tener un recuerdo del día de la Virgen y qué mejor que la tradicional campanita de toda la vida», añadió José Antonio Martínez.

Por su parte, como dice el refrán «cada maestrillo tiene su librillo» y cada familia cumple la tradición a su manera. «Este es el primer año de Carmen, mi hija de 6 meses. En mi familia se compra cada año una figura de «l´Escuraeta» para que cuando sea mayor la tenga al completo», explicó María Jesús Zanón. «Sí es cierto que al ser tan pequeñas muchas figuras acaban rotas y hay que volver a comprarlas», añade su marido Beltrán Magro, natural de Alicante.

Producto estrella

La tradicional «campanita de la Virgen» es uno de los productos más vendidos. Aunque actualmente existen de todos los estilos y materiales, nadie duda en escoger la más tradicional, hecha de barro cocido. Tiene el yugo pintado de rojo. Además, se mantiene la tradición de que sean los padres quienes se la regalan a los hijos. «Cada año venimos a por la campanita blanca y roja, mis antepasados ya lo hacían y yo empiezo a hacerlo este año», aseguró ayer Rafe Valenciano, otro visitante del mercado.