Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un político moderado que llevó la modernidad a las calles de Valencia

La escultura de la plaza de Cánovas refleja sus apuestas empresariales, para las que implicó a la clase burguesa

Opulento banquero, fundador del Banco Peninsular Ultramarino o de la Sociedad Valenciana de Crédito y Fomento, José Campo era un magnate decimonónico, al que Alfonso XII reconoció su restauración a la monarquía otorgándole el título nobiliario y nombrándole senador vitalicio. Este cargo fue el que le llevó a trasladar su residencia a la capital española, tras dejar la alcaldía. Hijo de la valenciana Vicente Pérez Vela y del turolense Gabriel Campo Arpa, se crió en el seno de una próspera familia que había hecho fortuna con el comercio de ultramar. Sus viajes de juventud por toda Europa le permitieron entrar en contacto con las principales corrientes culturales de la época.

De la mano de Campo como alcalde, Valencia vivió cuatro años de intenso desarrollismo urbanístico, con la puesta en marcha de la conducción de aguas potables, el alumbrado de gas y el adoquinamiento de las principales calles de la ciudad como San Fernando, San Vicente. Idea suya fueron también las plazas con arbolado, como Santa Catalina y Zaragoza. Modernizó y amplió las instalaciones del puerto, además de aportar financiación para la acabar las obras de la plaza de toros. La creación y explotación de varias líneas ferroviarias sería lo que mayores beneficios y fama le reportarían. De ideas conservadoras aunque moderadas, Campo logró la implicación de la clase burguesa en la mayoría de sus aventuras empresariales por lo que su mandato no requirió subidas de impuestos ni endeudamiento público, según sus biógrafos.

Más tarde, ya afincado en Madrid, la concesión del suministro del tabaco para toda la península y la creación de una flora de vapores que unía distintas ciudades del Caribe y de Filipinas, completaron su amplio abanico de negocios. La simbiosis de su vida profesional la inmortalizó a la perfección Mariano Benlliure en el grupo escultórico que preside la plaza de Cánovas del Castillo. Cuatro figuras alegóricas representativas de las grandes empresas que acometió en Valencia (La Marina, el Ferrocarril, el Gas y la Enseñanza Benéfica) y sobre la columna central su estatua en actitud de proteger a un niño, una recreación del artista de su hijo legitimado, José María Luis Bruna.

Compartir el artículo

stats