Poco o nada ha hablado la alcaldesa en funciones, Rita Barberá, de posibles pactos en el Ayuntamiento de Valencia. Tampoco ha dado pistas acerca de su futuro más inmediato, menos aún con el panorama que se ha abierto con los desacuerdos entre los principales actores de la izquierda: Compromís y el Partido Socialista. Así pues, ha optado por esperar y mostrar sus cartas sólo ante lo que podría ser un pacto entre los socialistas, Ciudadanos y el propio PP, que es una de las opciones que se han barajado en los últimos días ante la falta de acuerdo del bloque progresista.

En un comunicado emitido ayer, Barberá lamentó la «ansiedad irrefrenable» de las fuerzas de izquierda, «especialmente de la más radical», en alusión a Compromís, por alcanzar el poder, a pesar de no ser la fuerza más votada en la capital valenciana. En consecuencia, reivindicó el papel del PP como «actor principal» —al ser el que más apoyo de los votantes obtuvo en las elecciones del 24 de mayo— frente a lo que considera «un espectáculo poco edificante, por contradictorio y confuso».

En relación a informaciones sobre posibles reuniones entre Ciudadanos y PSPV para llegar a un acuerdo, Barberá ha asegurado que la noticia tiene para ella «relevancia» y la recibió «con alegría y esperanza, porque lo más importante ahora es aislar la radicalidad de Valencia».

Llamamiento a los socialistas

De hecho, Barberá ha informado que ya ha mantenido «contactos» con los representantes del PSPV y de Ciudadanos y ha subrayado que está «dispuesta a reiterarlos». En esta línea, insiste en que «de entrada» le parece «una buena noticia» los contactos entre estas dos fuerzas porque, en su opinión, «el PSOE dará un paso importante hacía el lugar que debe ocupar, que es el centro izquierda, en el momento que más lo requiere España». «Tenemos la obligación de dignificar y dejar de demagogia», ha manifesto.

En su opinión, hay que evitar que gobierne la izquierda radical, para lo cual, recuerda, hay muchas fórmulas y combinaciones que está «dispuesta a estudiar».