El desencuentro que se está viviendo en las últimas semanas entre el Gobierno central y las administraciones municipal y autonómica a cuenta del Parque Central y su financiación, podría servir para hacer un replanteamiento general respecto a la que indudablemente es la obra urbanística más importante de cuantas se necesitan en València.
Año tras año, y llevamos más de treinta, se ha ido encareciendo el proyecto, por la escasa relevancia que para los diferentes gobiernos centrales y autonómicos ha tenido esta obra. El anterior Gobierno local tuvo que dar marcha a tras a su propuesta de desarrollo del Parque Central ante la ausencia de apoyo financiero real, e incluso tuvo que dividir en dos las obras de la primera fase por falta de dinero.
Como ya defendimos en su momento desde EUPV, el regateo constante de apoyo estatal a esta obra no deja de ser curioso, más si tenemos en cuenta que los partidos que apoyaron la llegada del AVE a Valencia a finales de 2010 aseguraron que no sólo quedaba la ciudad mejor y más rápidamente conectada con Madrid, sino que a su vez la estación de Joaquín Sorolla tenía un carácter de estricta provisionalidad, ya que el AVE era la antesala de las obras del Parque Central. Cinco años después, con mayores restricciones de gasto público para inversiones en infraestructuras, el Gobierno central pone encima de la mesa un proyecto alternativo en el que el Ministerio de Fomento pasa de 2.800 millones a 1.400 millones de euros.
En una época en la que el pensamiento único es hegemónico, y en la que las críticas al AVE corren la misma dudosa suerte que el declararse abiertamente de izquierdas, hay que recordar que somos el único Estado de toda la UE que tiene a buena parte de sus ciudades más importantes conectadas con su capital con alta velocidad. El resto de países invierten en sus trenes de cercanías, regionales y de velocidad alta, estos últimos tan cómodos como el AVE. Es más que probable que si los gobiernos del PP y del PSOE hubieran apostado por el modelo europeo de ferrocarril, habría ahora recursos suficientes para realizar el Parque Central, priorizando así lo prometido a l@s vecin@s de los barrios afectados, como Malilla.
Ante la cruda realidad de la falta de presupuesto, que seguirá después del 20-D, es el momento de recordar las propuestas que respecto al Parque Central viene haciendo la Federación de Asociaciones de Vecin@s ,que defiende que asuma Fomento el gasto de las obras. De esta manera, no será necesaria la aportación municipal a través de las plusvalías generadas por la construcción de cuatro torres que obligan a reducir las zonas verdes, incrementando innecesariamente tanto la vivienda como la población, y suponiendo una clara afección paisajística.
Igualmente, las vías férreas se pueden soterrar a su paso por Nazaret y el tramo final de Serrería sin necesidad de que dependa de las obras del Parque Central. El Ayuntamiento y la Generalitat tienen la oportunidad de plantarse ante el Gobierno y saldar una deuda con l@s vecin@s. Ahora es el momento.
